A mediados de los sesenta, la música popular norteamericana dio un giro copernicano cuando la fábrica de hits de Nueva York se vio desplazada por los himnos aterciopelados y edénicos que empezaron a brotar de Los Ángeles de la mano del genial productor Phil Spector y grupos como los Beach Boys, los Byrds o The Mamas and the Papas. A partir de ese momento, una serie de artistas, que empezaron a reivindicarse como cantautores de sus propios temas, encontraron en las colinas californianas de Laurel Canyon y en sus alrededores un paraíso virginal —en plena naturaleza pero a un paso del fragor de la gran ciudad— donde establecerse, echar raíces y dar rienda suelta a sus canciones de corte intimista y reivindicativo. Locales como el Troubadour, en La Cienega Boulevard, empezaron a ser frecuentados por la nueva horda de músicos, que aspiraban a tocar sus canciones en directo frente a la exigente audiencia, formada en buena parte por los propios músicos y aspirantes a estrellas. Se iría así fraguando una de las eras doradas del rock norteamericano, que empresarios de la música como un joven y aguerrido David Geffen y su socio Elliot Roberts convertirían casi de la noche a la mañana en un emporio. De este modo, sellos como Warner/Reprise, dirigidos por los linces Mo Ostin y Joe Smith, o Asylum, del tándem Geffen/Roberts, apostaron por un repertorio de folk rock y nuevo country que vio nacer a cantautores y grupos de la talla de Neil Young, Joni Mitchell, Gram Parsons, Crosby, Stills & Nash, Jackson Browne, Linda Ronstadt, James Taylor, The Flying Burrito Brothers, The Eagles o Fleetwood Mac, entre muchos otros, que se convertirían en el nuevo canon del rock y el folk de la música norteamericana a base de música introspectiva y de raíces. Sin embargo, el idealismo, la solidaridad y el talento no tardarían en dar paso a un pandemónium de celos, consumo exacerbado de drogas y sobredosis, relaciones sentimentales tormentosas, éxitos clamorosos y caídas en picado que convirtieron el paraíso en un infierno de egoísmo y capitalismo desbocado que preconizó las maneras que la industria musical desarrollaría a partir de ese momento. Esta es la historia de los artistas de aquella generación, que alumbraron algunas de las mejores canciones de todos los tiempos y cuyo legado sigue más vigente que nunca.
Mengenai Pengarang
Barney Hoskyns es el cofundador y director editorial de Rock’s Backpages, un archivo en línea de periodismo musical que incluye más de cuarenta mil artículos desde la década de 1950 hasta la actualidad. Como periodista de rock, empezó en las páginas del semanario británico NME, a principios de los ochenta, y también colaboró en la edición inglesa de Vogue y fue corresponsal de Mojo en Estados Unidos. Su primer libro, de 1987, ‘Say It One Time for the Broken Hearted’, es un estudio del ‘country soul’, al que le siguió ‘Imp of the Perverse’ (1988), sobre Prince. Destacan, además de ‘Hotel California’ (2006), ‘Lowside of the Road’ (2009), la biografía de Tom Waits; ‘Trampled Under Foot’ (2012), una historia oral de Led Zeppelin, y ‘Small Town Talk’, el relato de la escena musical de Woodstock, Nueva York. Ha escrito para The Guardian, Uncut, Spin, Rolling Stone, GQ y un sinfín de medios más.