El pueblo, escribe el autor, dotado de un alma y un instinto inalienables, no puede ser abarcado por las estadísticas ni por los economistas, ni suplantado por los políticos. Tampoco los escritores románticos supieron dar cuenta del espíritu del pueblo francés. Ese papel está reservado al historiador que conoce el espíritu de sacrificio, el heroísmo, la capacidad de acción, el sentido común y otras virtudes de los obreros y campesinos, que Michelet consideraba atributos soberanos, superiores a cualquier otro adquirido por medio de la cultura, y sobre las que discurre en este clásico publicado originalmente en 1846 que ahora se integra a la colección Conmemorativa del FCE.
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A Edgar Quinet
Primera Parte
I. Servidumbres del campesino
II. Servidumbres del obrero dependiente de las máquinas
III. Servidumbres del obrero
IV. Servidumbres del fabricante
V. Servidumbres del comerciante
VI. Servidumbres del funcionario
VII. Servidumbres del rico y del burgués
VIII. Resumen de la Primera parte. Introducción a la segunda
Segunda Parte
IX. El instinto del pueblo, hasta ahora poco estudiado
X. El instinto del pueblo, alterado pero poderoso
XI. ¿Gana mucho el pueblo al sacrificar su instinto? Clases bastardas
XII. De los sencillos. El niño, intérprete del pueblo
XIII. Continuación. El instinto natural del niño, ¿es perverso?
XIV. Digresión. En defensa del instinto de los animales
XV. El instinto de la gente sencilla, el instinto del genio. El hombre de genio es, por excelencia, el sencillo, el niño y el pueblo
XVI. El alumbramiento del genio. Tipo del alumbramiento social
XVII. Resumen de la Segunda parte. Introducción a la tercera
Tercera parte
XVIII. La amistad
XIX. Del amor y el matrimonio
XX. De la asociación
XXI. La patria. ¿Desaparecerán las nacionalidades?
XXII. Francia
XXIII. Francia, superior como dogma y como leyenda. Francia es una religión
XXIV. La fe que animó la Revolución. Ésta no mantuvo su fe hasta el final ni transmitió su espíritu a través de la educación
XXV. No hay educación sin fe
XXVI. Dios en la patria. La joven patria del porvenir. El sacrificio Posfacio de 1866
Posfacio
Notas