Me senté en el sofá de cuero duro en la recepción de la oficina. Había otras dos personas esperando allí. Como yo, ellos estaban vestidos profesionalmente, y yo me preguntaba si también estaban aquí para una entrevista. Miré alrededor. La oficina era agradable con las copias habituales de las famosas pinturas al óleo colgando de las paredes y las pequeñas estatuas y chucherías en las mesas. Parecía bueno y amistoso. La recepcionista, una mujer mayor y con cabello de color gris, me ofrecía una sonrisa amable cada vez que nuestros ojos se encontraban.
“Me graduaré de la escuela de leyes en un año y medio, ‘ el hombre sentado a mi lado le dijo a la rubia a su lado derecho. ‘Trabajar aquí realmente me daría una ventaja y pondría mis pies húmedos. ¿Quién sabe qué otras oportunidades podrían aparecer? Es mejor estar preparado.’
La rubia asintió, y continuó hablando sobre todos sus logros y su aspiración de carrera como abogado criminalista. La mujer parecía estar tan impresionada con él como él mismo y le hizo interminables preguntas sobre sus aficiones, intereses y estudios. Me estaba aburriendo con todo el asunto y todos los reconocimientos y premios que afirmó haber recibido y las boletas de calificaciones estelares que había ganado parecían estar recibiendo golpes de puño en mi autoestima. Por un momento, casi consideré no realizar la entrevista. ¿Por qué molestarse con alguien como yo cuando podrías tener al Sr. Espectacular aquí? No era muy atlética, ni tuve una A completa durante toda la universidad. Era un poco tímida y prefería quedarme y dibujar que salir de fiesta todos los fines de semana con mis amigos. No había forma de que me eligieran a mí por encima de este tipo. Él sería el activo perfecto para esta empresa. Y…
‘¿Amberlee?’
Levanté la vista para ver a la recepcionista parada allí. ‘¿Sí?’
‘Ven conmigo por favor. Están listos para ti’.
Aquí vamos, pensé
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