La época que nos toca vivir está marcada por un nivel de inhumanidad pocas veces vista en la Historia. No nos referimos a la violencia y a la crueldad, que siempre han existido, sino a la particular forma en la que nuestro mundo ha condicionado nuestras existencias separándolas de la vida misma. El capitalismo nos hace inhumanos porque nos separa de la vida, de los bienes, de los placeres, de los otros, de los deseos y de los proyectos. Nos volvemos in-humanos porque perdemos contacto con aquello que nos torna humanos. La pretensión humana, a la que Nietzsche se refirió como el deseo de ser la corona de la creación, generó las condiciones de posibilidad para la emergencia de una época en donde fue posible que algunos individuos se aparten, tanto del resto de la humanidad, condenándola a la pobreza y al sufrimiento, como de la propia naturaleza, apropiándola, explotándola, hasta romper un equilibro presente desde hacía millones de años. Ante este panorama, creemos que nuestra época demanda una nueva antropología filosófica, humana en tanto invoca lo inhumano de nuestro ser, lo que tenemos de común y dependiente con otros modos de ser (animales, naturaleza, artefactos). Una antropología filosófica inhumana invocará al hombre como ser producido por fuerzas humanas y no humanas que lo ponen en una relación de dependencia con la totalidad de los seres.
قائمة المحتويات
Lo Humano y su relación con lo sagrado
Lo Humano y su relación con el Otro
Lo Humano y su relación con la Naturaleza
Descartes y Marx fundan el cyberpunk
Lo Humano y su relación con el sí mismo
Conclusión. Saber, poder y pasión