Entre 1895 y 1899, Gorki escribió relatos y novelas cortas donde recogía su propia experiencia personal como vagabundo por la gélida Rusia, arrastrando una vida miserable y trabajando ocasionalmente para conseguir un mendrugo de pan con el que engañar al hambre y un harapo para burlar el frío. Las historias de vagabundos, a los que describe como seres libres que se oponen individualmente a las enormes diferencias de clases de las sociedad rusa, le fueron llevando desde el realismo hacia un romanticismo reivindicativo que marcaría en el futuro su literatura y le llevaría a apoyar abiertamente la revolución de 1917. Sara Gutiérez ha seleccionado y traducido seis de las piezas más brillantes dedicadas por Gorki a los vagabundos, algunas de ellas inéditas en español y otras que dejaron de editarse hace años.
عن المؤلف
Maksím Gorki
(Nizhny Nóvgorod, 1868 – Moscú, 1936)
Maksím Gorki es el seudónimo utilizado por Alekséi Maksímovich Péshkov. Huérfano de origen humilde, a los diez años tuvo que abandonar sus estudios, por lo que decidió iniciar un aprendizaje autodidacta vagabundeando por toda Rusia y trabajando ocasionalmente en los oficios más diversos. En sus primeros relatos, que retratan la marginación de vagabundos y trabajadores, combinó el realismo ruso con el romanticismo revolucionario. La publicación, en 1895, del relato Chelkásh extendió su fama por su país. Fomá Gordéiev (1899), Los tres (1900), la obra dramática Los bajos fondos (1902) y, sobre todo, La madre (1908) supusieron su consagración internacional. En estas obras ya quedaba patente la protesta contra la injusticia social que caracterizaría toda su producción posterior. Encarcelado tras su activa participación en la revolución de 1905, una vez libre viajó por Francia, Reino Unido, Estados Unidos e Italia. En 1913 regresó a Rusia e inició la trilogía de carácter autobiográfico formada por Mi infancia (1913-1914), En el mundo (1915-1916) y Mis universidades (1922). Amigo de Lenin, respaldó la revolución bolchevique, en la que participó activamente en tareas culturales. En 1921 se trasladó a Alemania y, posteriormente a Sorrento desde donde regresaría en 1928 a la URSS invitado expresamente por Stalin, que le nombró presidente del sindicato de los escritores soviéticos. Murió repentinamente de neumonía en Moscú, en la dacha ‘Gorki’ de Lenin.