La Primera República es la cuarta novela de la quinta y última serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.
La novela comienza con la abdicación del rey Amadeo I y la proclamación de la Primera República Española, que fue muy breve: del 11 de febrero de 1873 hasta el 29 de diciembre de 1874. Ya desde el inicio, la república entra en una crisis ministerial que ya no abandonará, con una sucesión de presidentes que da idea de su fracaso. El ambiente político es de máxima confusión, con un alto fraccionamiento de los partidos en grupúsculos que pugnan entre sí. Las facciones de republicanos federales, radicales, alfonsinos y carlistas se enfrentan en el Parlamento. A ello se suman insurrecciones armadas de carlistas y cantonalistas. Así que a finales el año 1874 el sueño republicano se termina.
Galdós construye el relato a base de multitud de escenas, sin un hilo novelesco concreto. El protagonista, de nuevo Proteo Liviano, Tito, claramente republicano y alter ego del escritor, ve con dolor los fallos de su amada república, sus contradicciones y sus excesos, que la llevarán desgraciadamente al hundimiento y a la vuelta al absolutismo de la Restauración. Todo ello nos lo contará el protagonista desde su puesto en el Ministerio de Gobernación y como testigo de las sesiones de las Cortes. En este caso, su acompañante amorosa será Floriana, una mujer misteriosa y profunda con la que hace un extraño viaje hasta Cartagena, donde asistirán a la sublevación cantonal.
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Benito Pérez Gáldos (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920). España.
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, el 10 de mayo de 1843, Bénito Pérez Gáldos era el menor de los diez hijos de Sebastián Pérez Macías, teniente coronel del Ejército, y María Dolores Galdós Medina, hija de un antiguo secretario de la Inquisición. Como estudiante de bachiller, en el colegio de San Agustín, Galdós evidenció afición por la música y la pintura. En 1861 escribió sus primeros textos, y un año después inició colaboraciones literarias con el bisemanario El Ómnibus, de Canarias. Al año siguiente se trasladó a la capital española para estudiar derecho en la Universidad de Madrid. Allí realizó colaboraciones con el semanario La Nación y la Revista del Movimiento Intelectual de Europa, y conoció a Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, el cual le alentó en sus propósitos literarios.
Tras sus viajes a París, en 1867 y 1868 (como corresponsal de la Exposición Universal), Galdós profundizó en la obra de Balzac, tradujo a Dickens (Papeles póstumos del club Pickwick); en Madrid, pudo presenciar la abdicación de Isabel II (1868) y el ascenso del progresista general Prim. En 1870, tras conocer a Clarín, Galdós escribió sus primeras novelas de influencia romántica y siguió publicando artículos en La Revista de España, en la cual fueron apareciendo después, por entregas, su segunda y tercera novelas. Posteriormente, también publicaría sus relatos en La Ilustración de Madrid.
Siendo ya director de La Revista de España, desde 1872, Galdós pasará los veranos en Santander, donde, ese mismo año, conocerá a Mesonero Romanos, de cuyo contacto obtendrá mucha información para sus Episodios nacionales. La escena política española era convulsa: asesinado Prim, Amadeo de Saboya subió al poder durante tres años escasos, siendo obligado a abdicar ante la venida de la I República. La situación era propicia para que Galdós se entregara a la escritura de Los Episodios nacionales, que ocupó casi todo su tiempo entre 1873 y 1876, año en que comenzó a escribir sus primeras novelas de trasfondo social. Tras el golpe de Estado de 1875, el resto de su vida transcurrirá ya bajo la reinstaurada monarquía borbónica de Alfonso XII y, tras su muerte (1885), con la regencia de María Cristina de Habsburgo. Después de 1876, Galdós iría escribiendo su ingente producción simultaneando los Episodios, las novelas, los relatos, el teatro y las crónicas.
Galdós trabó estrecha amistad con Emilia Pardo Bazán en 1883, el mismo año en que vio rechazada su candidatura a la Academia Española, tras lo cual inició un viaje, con su amigo José Alcalá Galiano, por Inglaterra y otros países de Europa, al que seguirán otros más por España, Portugal y, de nuevo, Europa, hasta 1887.