Cada día en nuestra vida, siempre nos enfrentamos a situaciones que requieren que tomemos decisiones. Algunos son fáciles, pero hay algunos que son difíciles de decidir. La mayoría de las veces, tomamos decisiones lo suficientemente rápido, nunca pensamos en ellas, a menos que nos demos cuenta de que hemos tomado las decisiones equivocadas.

Las decisiones difíciles son aquellas que requieren un nivel de pensamiento más profundo, como cuando decidimos qué curso tomar en la universidad, con quién casarnos o qué carrera tomar. Estas decisiones a menudo cambian la vida y necesitamos ser más críticos en nuestro pensamiento. Tomar decisiones equivocadas sobre estos asuntos puede tener un efecto adverso y a largo plazo en nosotros y nuestro futuro.

A pesar de tener que tomar tantas decisiones la mayor parte del tiempo, es probable que nuestros padres no nos hayan enseñado sobre la toma de decisiones y cómo hacerlo de manera inteligente.

De alguna manera se convirtió en una suposición común de que tomar una decisión inteligente es un producto directo del pensamiento inteligente y que es algo natural. Entonces, cuando no naces con alta inteligencia y no eres un pensador rápido, entonces es más probable que tomes malas decisiones.

Sin embargo, primero debemos establecer la relación entre inteligencia, pensar rápido y ser inteligente. ¿Significa esto que cuando está dotado de alta inteligencia, puede pensar automáticamente rápidamente y tomar decisiones inteligentes?

Este libro está dirigido a establecer la relación entre el pensamiento inteligente en correlación con las teorías de la inteligencia y la toma de decisiones a través del procesamiento rápido de la mente.

A medida que establecemos la importancia del proceso de pensamiento rápido para tomar decisiones de calidad, este libro tiene como objetivo enseñarle formas de desarrollar su capacidad de pensamiento rápido y una toma de decisiones inteligente.