Castillos en la arena
Años atrás, Emily Castle había tomado una difícil decisión: marcharse de casa para convertirse en diseñadora de interiores. En aquel entonces estaba desesperada por demostrar su valía, sin embargo, el éxito le había costado caro, ya que había tenido que dejar atrás al hombre al que amaba.
La caricia del viento
Enfrentada a una crisis personal, Gabriella Castle se refugió en los protectores brazos de su familia. Todo aquello por lo que había trabajado le había sido arrebatado de golpe, y buscó la tranquilidad del hogar de su abuela para meditar sobre las difíciles decisiones que tendría que tomar en un futuro cercano. Lo último que quería en ese momento era un inesperado amor.
El susurro de las olas
Últimamente, Samantha Castle prefería estar en la costa de Carolina del Norte con su familia, que en Nueva York con representantes y actores. Aunque se había prometido no dejar que Ethan Cole influenciara en su decisión de cambiar sus antiguos sueños por otros nuevos, cada vez le resultaba más difícil ignorar sus sentimientos por el héroe de guerra.
Über den Autor
Cuando se publicó la primera novela de Sherryl Woods en 1982, sus compañeros periodistas dedicaron mucho tiempo a leer los pasajes eróticos que ella había escrito.
Lo que Sherryl replicó fue que esas escenas de amor eróticas no eran el corazón de la novela romántica. Ser romántica es mucho más. ‚Son relaciones profundas y permanentes, cómo encontrar a tu compañero del alma, sobre la familia y el compromiso y, desde luego, sobre el sexo alegre y apasionado‘. Después de escribir más de 70 libros, esta prolífica autora sigue pensando lo mismo. Este es el porqué sigue creyendo en este género. Sherryl nació en Arlington, Virginia, se graduó en Periodismo en la Universidad de Ohio y trabajó para varios periódicos cubriendo noticias desde urbanas hasta de entretenimiento. Finalmente se especializó en televisión, y se hizo editora para las televisiones locales de Ohio y Florida. En 1980 dejó su trabajo de editora en TV para escribir libros, pero se encontró de nuevo manos a la obra para coordinar un programa para dar trabajo a ocho mil personas. Dos años después, se publicó su primera novela romántica y las editoriales le reclamaron más. Por 1986 se dedicaba a escribir la jornada completa. Sherryl siente que sus dotes naturales de escribir novela romántica se deben, en parte, a su trabajo anterior. ‚El periodismo me enseñó a ser concisa y clara como escritora, pero también me enseñó a volverme una gran observadora de la naturaleza humana‘. Actualmente divide su tiempo entre su casa de la playa en Florida, su casa de verano de la niñez junto al río en Colonial Beach, Virginia, donde trabaja en su propia librería teniendo contacto con las personas que realmente importan, las lectoras.