‘La caída del cielo’ es un extraordinario relato en primera persona de la historia vital y el pensamiento cosmoecológico de Davi Kopenawa, chamán y portavoz de los yanomami de la Amazonia brasileña. En estrecha colaboración con el antropólogo Bruce Albert, amigo suyo desde los años setenta, Davi Kopenawa pinta un cuadro inolvidable de la cultura yanomami, pasada y presente, en el corazón de la selva tropical.
Kopenawa relata su iniciación y experiencia como chamán, así como sus primeros encuentros con forasteros: funcionarios del gobierno, misioneros, trabajadores de carreteras, ganaderos y buscadores de oro. Describe vívidamente la represión cultural, la devastación medioambiental y las muertes provocadas por las epidemias y la violencia. En su papel de embajador mundial de su pueblo, que está en peligro, hace una crítica mordaz de la sociedad industrial occidental, cuya codicia material, violencia masiva y ceguera ecológica contrastan fuertemente con los valores culturales yanomami.
‘La caída del cielo’ es al mismo tiempo una historia de madurez, un relato histórico y una explicación de la filosofía chamánica, pero sobre todo es un apasionado alegato a favor del respeto de los derechos de los nativos y la conservación de la selva amazónica.
Este apasionado alegato a favor del respeto de los derechos de los pueblos indígenas es un poderoso reproche a la acelerada depredación del Amazonas y otros tesoros naturales amenazados por el cambio climático y el desarrollo.
Sobre el autor
Davi Kopenawa Yanomami (Toototobi, Brasil, en 1956), es chamán y portavoz del pueblo yanomami, uno de los mayores pueblos indígenas relativamente aislados que vive en la selva amazónica en la frontera de Brasil y Venezuela. Es un embajador internacional de su pueblo. Durante 25 años lideró sin descanso la larga campaña nacional e internacional para conseguir los derechos territoriales de los yanomamis. Como resultado, el territorio yanomami fue oficialmente reconocido y demarcado por el Gobierno brasileño en 1992. Los contiguos territorios yanomamis de Brasil y Venezuela conforman la mayor área selvática del mundo gestionada por un pueblo indígena. En 2004 fundó Hutukara, la asociación yanomami que defiende los derechos de los yanomamis y que desarrolla proyectos de protección territorial, educativos y de atención médica. Actualmente es su presidente. Las campañas de Hutukara han logrado que recuperen tierras que los ganaderos les habían robado, han obligado al Gobierno a cumplir la Constitución y expulsar a miles de mineros de oro ilegales de su selva, y han forzado a instituciones científicas de los EE.UU. a devolver centenares de muestras de sangre extraída sin consentimiento.