En 1914, año en que estalló la primera guerra mundial, Edith Wharton tenía cincuenta y dos años y gozaba de un tremendo prestigio como novelista. Desde 1910 residía en Francia, el país que más amaba. No es difícil imaginar, pues, el horror que supuso para ella la invasión de Francia por los alemanes. A principios de 1915 la Cruz Roja francesa le pidió que informara sobre las necesidades de los hospitales del frente. Lo que vio le hizo albergar la idea de narrar sus experiencias en una serie de artículos para la Scribners Magazine, que luego serían recopilados en el presente volumen. Era una época en que los corresponsales extranjeros estaban excluidos de la zona de combate. Pero nadie, por poderoso que fuera, era capaz de disuadir a Edith Wharton de su empeño, y de ese modo decidió abandonar su apartamento parisino para visitar, en seis apasionantes expediciones, el frente de batalla en que se decidía el destino de Europa, de Dunkerque a Belfort.
‘La única muerte que temen los franceses no es la de las trincheras, sino la extinción de su ideal nacional.’
Edith Wharton
‘La visión de Wharton sobre el espíritu francés es de una profunda exaltación.’
The New York Times
Sobre el autor
Edith Wharton nació en Nueva York en 1862. Su nombre de soltera era Edith Newbold Jones. Su familia era de clase alta, comparable a la aristocracia europea, y consecuentemente recibió una esmerada educación privada.