Desde muchos años atrás yo había sabido que era necesario meter en la misma bolsa a los católicos, los freudianos, los marxistas y los patriotas. Quiero decir: a cualquiera que tuviese fe, no importa en qué cosa; a cualquiera que opine, sepa o actúe repitiendo pensamientos aprendidos o heredados. Un hombre con fe es más peligroso que una bestia con hambre.
Medina deambula entre Santa María y Lavanda; entre el recuerdo de un tiempo en que soñó ser Dios y un presente que lo acorrala en la más profunda desolación; entre jeringas, revólveres y pinceles, símbolos de las acciones que forjaron distintas etapas de su vida como médico, comisario y pintor, todas ocupaciones en las que fracasó irremediablemente.
La publicación de Dejemos hablar al viento concluye la serie de novelas y relatos que Juan Carlos Onetti dedicó a su inolvidable Santa María y lo consagra definitivamente como uno de los autores ineludibles de la literatura latinoamericana de todos los tiempos.
Sobre el autor
Juan Carlos Onetti nació en Montevideo el 1º de julio de 1909 y falleció en Madrid el 30 de mayo de 1994. Es uno de los grandes narradores del siglo xx, ganador de numerosos premios a lo largo de su vida, entre ellos, el Premio Nacional de Literatura de Uruguay (1962), el Premio Cervantes (1980), el Gran Premio Nacional de Literatura de Uruguay (1985) y el Premio de la Unión Latina de Literatura (1990). Es autor de innumerables novelas y relatos. Publicó Tierra de nadie (1941), Para esta noche (1943), La vida breve (1950); póstumamente, además de Dejemos hablar al viento (1979), Cuando entonces (1987) y Cuando ya no importe (1993), entre otros. Eterna Cadencia compiló sus nouvelles bajo el título Novelas breves (2012) y publicó sus novelas El astillero (2017) y Juntacadáveres (2018).