Conforme a su autocomprensión normativa, el derecho moderno se inspira en la idea de autonomía. Un sistema jurídico realiza esta idea y cobra él mismo (frente al poder social y la lucha por el poder político) una autonomía a la altura de ella cuando tamo la producción legislativa como la administración de justicia garantizan una formación imparcial de la opinión y de la voluntad y hacen que tanto la política como el derecho queden embebidos de procedimientos que permitan el uso público de la razón. No puede haber autonomía del sujeto, ni derecho autónomo, no pueden haber Estado de derecho, sin que la idea racional de democracia sea también una realidad. Sin embargo, el cumplimiento de esa promesa subyacente en el derecho moderno parece hoy tan imposible, como imposible resulta renunciar a ella. En la teoría política y la teoría del derecho se dividen el terreno planteamientos puramente normativistas y planteamientos sociológicos.
En esta su obra mayor sobre la teoría discursiva del derecho y del Estado democrático de derecho, Jürgen Habermas despliega su investigación en un amplio campo en el que se articulan perspectivas metodológicas (la del observador y la del participante), distintos objetivos teóricos (el de comprender y reconstruir elementos normativos y el de describir y explicar la realidad empírica), las diversas perspectivas ligadas a los distintos papeles (el juez, el político, el legislador, el cliente de la Administración, el ciudadano) y distintos procedimientos en la forma de plantear la investigación (hermenéutica, crítica, ideológica, histórico-conceptual, etc.). La contribución de Habermas rompe así con la forma tradicional de hacer filosofía del derecho y filosofía política, aun asumiendo y sometiendo a validación socio lógica los planteamientos de ambas, que hoy siguen siendo tan imprescindibles como siempre.
Sobre el autor
Nacido en 1929, fue ayudante de Th. W. Adorno, de H.-G. Gadamer y de K. Löwith, y se habilitó como profesor universitario con W. Abendroth. Es considerado el representante más sobresaliente de la segunda generación de filósofos de la Escuela de Fráncfort y constituye un referente imprescindible para la filosofía y las ciencias sociales contemporáneas. Atento a las tradiciones del pensamiento social que parten del idealismo alemán, de K. Marx y de M. Weber, Habermas se dio a conocer internacionalmente con la publicación en 1968 de Conocimiento e interés, título al que seguiría en 1981 su fundamental obra Teoría de la acción comunicativa. Profesor en las Universidades de Fráncfort, Princeton y Berkeley, fue director del Instituto Max Planck de Starnberg. Entre los galardones con los que ha sido distinguido figura el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. En Editorial Trotta han sido publicadas sus obras Fragmentos filosófico-teológicos. De la impresión sensible a la expresión simbólica (1999), Tiempo de transiciones (2004), Más allá del Estado nacional (4ª edición, 2008), El Occidente escindido (2ª edición, 2009), Facticidad y validez. Sobre el derecho y el Estado democrático de derecho en términos de teoría del discurso (6ª edición, 2010), Israel o Atenas. Ensayos sobre religión, teología y racionalidad (2ª edición, 2011), La constitución de Europa (2012), Mundo de la vida, política y religión (2015), En la espiral de la tecnocracia (2016), Conciencia moral y acción comunicativa (2ª edición, 2018), Verdad y justificación (4ª edición, 2018), ¡Ay, Europa! (2ª edición, 2018), Aclaraciones a la ética del discurso (2ª edición, 2018), Teoría de la acción comunicativa (3ª edición, 2018) y Normas y valores (con Hilary Putnam, 2008).