A sus catorce años, Mouchette ya conoce la cara más amarga de la vida: su padre es un alcohólico que la muele a palos y su madre es una mujer distante; las compañeras de clase se ríen de ella, saca de quicio a la maestra y los vecinos de su aldea la odian y la temen a partes iguales. A la miseria y a la brutalidad que la rodean, la arisca e indomable Mouchette opone un orgullo adamantino, fiero, y la opacidad de un alma insondable encerrada en un círculo de silencio. En un universo asfixiante, donde toda verdadera comunicación parece imposible, Mouchette ha conquistado sus pequeños momentos de libertad y rebeldía, siempre ligados, sin embargo, a una irreductible soledad.
Una noche de tormenta, perdida en el bosque donde intenta resguardarse del aguacero, Mouchette se encontrará con el joven Arsène, un cazador furtivo, la única persona a quien la muchacha admira y que despierta en ella un sentimiento tan tierno como inconfesable. Pero ¿qué ocurre cuando aquel que representa todo lo bello y valioso para la niña le inflige la herida más profunda y dolorosa de su existencia?
Escrita con un lirismo a la vez sobrio y desgarrador, con un estilo que oscila entre el realismo más crudo y la visión onírica, Bernanos consigue plasmar el radical desamparo, el absoluto aislamiento de un corazón que, en medio de tanta hostilidad, ha perdido ya toda inocencia. Tan breve como intensa e inolvidable, Mouchette, llevada al cine magistralmente por Robert Bresson en 1967, es una de las grandes obras de la literatura francesa de todos los tiempos.
A propos de l’auteur
Georges Bernanos (1888-1948) nació en París y se licenció en Derecho y Literatura. Entre sus novelas más importantes figuran la primera, Bajo el sol de Satanás (1926), que empezó a escribir tras haber combatido en la Primera Guerra Mundial; Diario de un cura rural (Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, 1936), y Mouchette (1937), las tres llevadas a la gran pantalla respectivamente por Maurice Pialat (1987) y Robert Bresson (1951, 1967). En 1934 se mudó con su familia a Mallorca, donde se hallaba cuando estalló la guerra civil española. Fruto de esa estancia en la isla fue su panfleto Los grandes cementerios bajo la luna (1938), en el que denuncia las tropelías de la guerra.