Basado en las fábulas tradicionales del burlador y del estudiante Lisardo, El estudiante de Salamanca es un poema narrativo que bajo los mejores parámetros románticos narra la locura de su protagonista, la visión del propio entierro y la mujer transformada en esqueleto.
Por su parte, El diablo mundo, poema fantástico y filosófico, pretende erigirse como una alegoría de la existencia humana. Tras una introducción claramente inspirada en la poesía de Lord Byron, se nos relata cómo Adán, encarnación del género humano, debe elegir entre morir y conocer la verdad última, o bien vivir eternamente.
Espronceda fue el más intenso y coherente de los poetas románticos españoles. Su poesía, siempre de gran riqueza métrica, es torrencial, impetuosa, incluso desaliñada a veces. Y a su vez es también el único escritor de su generación que demuestra la imposibilidad de conciliar la experiencia terrestre con la creencia en un mundo justo y armonioso. En esta edición, gracias a Robert Marrast, se concilian los dos grandes poemas románticos españoles, manifestaciones del anhelo del alma ante el mundo y su misterio.
A propos de l’auteur
José Espronceda ( 25-03-1808 / 23-05-1842 ) escritor español, considerado como el más representativo poeta del primer Romanticismo en España.
Denunciado por sus actividades intelectuales en 1825, en las que despuntó desde bien joven, fue condenado a exiliarse de Madrid durante cinco años, si bien finalmente su pena fue rebajada a tres meses que cumplirá en un monasterio de Guadalajara. En verano de 1827 marchó a Portugal, y después a Inglaterra, para establecerse finalmente en Francia en su condición de exiliado liberal.
Participó en las oleadas revolucionarias de 1830 en París junto con unos antiguos amigos suyos. En 1833 regresó a España, junto con otros liberales gracias a la amnistía declarada tras la muerte del soberano Fernando VII.
A partir de entonces, Espronceda se dedicó a la política y al periodismo, pero Cea Bermúdez lo aleja de Madrid, temiendo sus inclinaciones de liberal exaltado, y le destina a Cuéllar, donde comienza a escribir su novela histórica Sancho Saldaña o el castellano de Cuéllar. Sin embargo sigue activo en la vida literaria de la capital, pues ese año trabaja como redactor del periódico El Siglo, que Martínez de la Rosa censuró, lo cual provocó la desafección de Larra y Espronceda, los dos escritores más destacados del romanticismo más liberal, y el destierro del poeta en septiembre, esta vez a Badajoz.
En 1842 fue elegido palamentario ante las Cortes Generales por el Partido Progresista. Falleció dos meses después de difteria a los treinta y cuatro años.