Una vez superado el clima de antimarxismo dominante en los años ochenta y noventa, el Marx del siglo XXI quedó liberado de la pesada hipoteca de ser el ‘padre’ de los comunismos reales del siglo XX. De los escombros del Muro de Berlín surgió un Marx capaz de ofrecer claves válidas para entender el mundo globalizado por fuera de las interpretaciones canónicas de un partido o una ideología. Más cerca en el tiempo, el estallido financiero de 2008 nos recordó que su diagnóstico sobre la expansión del capitalismo, con sus crisis periódicas y su carga de miseria, exclusión y violencia sistémica, permanece vigente.
Esta Antología, cuya edición estuvo al cuidado de Horacio Tarcus, uno de los más reconocidos historiadores del pensamiento de las izquierdas, está destinada no a los especialistas sino a los estudiantes y lectores en general que buscan acercarse a la obra de Marx por primera vez. Y viene a salvar una ausencia, ya que textos emblemáticos como el Manifiesto Comunista o El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, entre otros, circulaban hasta hoy aislados, y las escasísimas antologías disponibles son tributarias de la ortodoxia soviética, ya superada. Este volumen reúne, en versiones completas y anotadas, los textos fundamentales de Karl Marx, esos que se han convertido en clásicos y en cita obligada dentro del amplio campo de las humanidades y las ciencias sociales. El orden de los escritos sigue un criterio cronológico, en un arco que va de 1843 a 1881, desde su ensayo sobre la cuestión judía, pasando por los capítulos centrales de El capital, hasta su visión de los primeros movimientos revolucionarios en Rusia.
Con un estudio preliminar que funciona como excelente guía de lectura, esta Antología demuestra que tiene sentido ‘volver a Marx’ y dialogar con su obra, ya sea para descifrar nuestro presente o para alimentar la utopía de superarlo.
A propos de l’auteur
Karl Marx nació en 1818 en Tréveris, Alemania. Estudió en Bonn y en Berlín, donde se contactó con la izquierda hegeliana. Poco después de graduarse, pasó a dirigir la Rheinische Zeitung. En 1843 emigró a París; allí, junto con Arnold Ruge, fundó los Deutsch-Französische Jahrbücher. De esos años son dos de sus obras juveniles más importantes, Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel y Sobre la cuestión judía, y el comienzo de su amistad y colaboración con Friedrich Engels, que se prolongará durante toda su vida. Al madurar su ruptura con los jóvenes hegelianos, afirmó también, en polémica con Feuerbach y Proudhon, la concepción materialista de la historia. Durante los movimientos revolucionarios de 1848 en Francia y Alemania, publicó el Manifiesto del Partido Comunista. Forzado a nuevas migraciones, se estableció en Londres y encaró el análisis de la relación entre capital y fuerza-trabajo, que sistematizó en El capital. Durante los años sesenta impulsó la reunificación del movimiento obrero europeo. Como relator de la Primera Internacional, presentó La Guerra Civil en Francia, que reseña la experiencia de la Comuna de París de 1871. Y hasta su muerte en 1883, fue testigo de la formación de los partidos socialdemócratas, que motivó su Crítica al Programa de Gotha, así como de la irrupción de los primeros movimientos revolucionarios en Rusia.