Para un discípulo, encontrar a su Maestro es encontrar a una madre que acepta llevarlo nueve meses en su seno para hacerle nacer al mundo espiritual. Y una vez que ha nacido, es decir, que se ha despertado, sus ojos descubren la belleza de la creación, sus oídos oyen la palabra divina, su boca saborea alimentos celestiales, sus pies le llevan a los diferentes lugares del espacio para hacer el bien, y sus manos aprenden a crear en el mundo sutil del alma.
Table des matières
1. Cómo reconocer a un verdadero Maestro. – 2. La necesidad de un guía espiritual. – 3. ¡No juguéis a ser aprendices de brujo!. – 4. No confundir exotismo con espiritualidad. – 5. Saber equilibrar el mundo material y el mundo espiritual. – 6. El Maestro, espejo de verdad. – 7. No esperar de un Maestro más que la luz. – 8. El discípulo ante el Maestro. – 9. La dimensión universal de un Maestro. – 10. La presencia mágica de un Maestro. – 11. El trabajo de identificación. – 12. ‘Si no os volvéis como niños…’
A propos de l’auteur
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-1986), filósofo y pedagogo francés de origen búlgaro, llegó a Francia en 1937. Aunque su obra aborda los múltiples aspectos de la ciencia iniciática, él precisa : ‘ A través de mi enseñanza, deseo daros nociones esenciales sobre el ser humano: cómo está construido, sus relaciones con la naturaleza, los intercambios que debe hacer con los demás y con el universo, con el fin de beber de las fuentes de la vida divina…’.