Los Sonetos a Orfeo, ‘escritos como cenotafio’ para la bailarina Wera Ouckama Knoop, constan de una serie de 55 poemas dividida en dos partes. La primera parte abre y cierra con dos sonetos que evocan directamente a los libros X y XI de las Metamorfosis de Ovidio: el canto de Orfeo tras la pérdida de su amada Eurídice y, al final, la muerte de Orfeo, despedazado por las Ménades y su reencuentro con Eurídice en el reino de las sombras. La segunda parte comienza con el soneto metapoético ‘Respirar, poema invisible’, que cierra el ciclo temático de la ‘respiración’ y el ‘espacio’.
Quizá lo más importante en esta obra es que, en el abordaje del mito que hace Rilke, reside también el elemento artístico-metafísico de su poética madura. Ya el primer soneto nos abre su perspectiva: la ‘acción’ que ‘narra’ el Soneto I ocurre en un espacio lingüístico que el mismo texto crea. Esto nos revela una característica central de la mitopoesía moderna de Rilke, que la distingue categóricamente del discurso ‘literal’, ‘fáctico’ del mito. Hay dos posibles lecturas que podrían resultar familiares a cualquier lector moderno: ¿no es este giro hacia el mundo del lenguaje el ‘giro lingüístico’, tan característico del siglo XX, que reduce toda referencia a la realidad a un acontecimiento puramente inmanente en el lenguaje (según la conocida fórmula de Wittgenstein: ‘Los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo’)? ¿Y no es el poema un ejemplo de la autoreferencia al proceso poético que también fue común en la literatura del siglo XX, es decir un poema sobre poesía?
Los Sonetos a Orfeo dejan en claro que, en Rilke, el discurso poético es siempre la expresión de la experiencia del mundo, nunca una acción especial, autónoma y autosuficiente, sino modelo de un comportamiento existencial.
A propos de l’auteur
Rainer Maria Rilke (Imperio Austrohúngaro, 1875 – Suiza, 1926) fue un poeta y novelista austríaco considerado uno de los poetas más importantes en alemán y de la literatura universal. En su obra poética, los poemarios más influyentes fueron: Elegías de Duino y Sonetos a Orfeo. En prosa, se destacan las Cartas a un joven poeta y Los cuadernos de Malte Laurids Brigge.