La pornografía beneficia a las mujeres, tanto personal como políticamente. Después de leer esto, las feministas anti-pornografía (o radicales) me considerarán una hereje lista para quemar. O, para decirlo en términos más políticamente correctos, soy una mujer que está tan psicológicamente dañada por el patriarcado que me he enamorado de mi propia opresión. Mis argumentos serán desestimados.
En otras palabras, si disfruto de la pornografía, no es porque soy un ser humano único con diferentes preferencias. Es porque estoy psicológicamente enfermo.
Este libro proporciona pornografía con una ideología. Devuelve a las mujeres lo que el feminismo anti-porno se ha llevado: el derecho a perseguir su propia sexualidad sin vergüenza ni disculpa, sin culpa ni censura.
A propos de l’auteur
Wendy Mc Elroy (nacida en 1951) es una autora, investigadora y conferencista canadiense. Es una de las principales teóricas del feminismo libertario, habiéndolo dotado en la década 1990 de algunos de sus fundamentos ideológicos, de sus antecedentes históricos, y de su alianza con el feminismo prosexo y con el movimiento por los derechos de los hombres, y acuñó para este enfoque feminista el término ‘feminismo individualista’.1
Junto con Carl Watner y George H. Smith fundó la revista The Voluntarist en 1982, la cual propuso una corriente de filosofía política llamada voluntarismo. Es investigadora asociada del Independent Institute y colaboradora para Fox News y Lew Rockwell.com. Mc Elroy también es historiadora del anarquismo individualista norteamericano del siglo XIX.