Por primera vez en castellano el relato de un viaje asombroso realizado en solitario por una mujer que hizo época al retratar los misterios del inexplorado Japón del siglo XIX. Aislado, cerrado a los extranjeros, muy pocos occidentales se adentraban en el interior del país, e islas como la actual Hokkaidō, habitada por los ainus, guardaban secretos sin desvelar. Auténtica pionera, mujer valiente, de sólidas convicciones, y más que probada curiosidad, Bird atraviesa la espina dorsal del norte de Japón desvelando la ignota vida rural del interior y visitando remotas tribus aborígenes como los antiquísimos ainus, de cuya cultura poco o nada se tenía noticia en Europa. No será un viaje fácil, ni cómodo. A pie, a caballo, en barco, sampán o kuruma, allá donde va despierta curiosidad y su presencia convoca muchedumbres asombradas. Valiente y nada convencional, la vemos disfrutar a pesar de la comida, las pulgas, la dificultad de los caminos, o la ausencia de intimidad en las chadoyas, mientras que su afilada mirada nos desvela un Japón rebosante de prodigioso encanto.
Traducido y editado con esmero por el profesor Carlos Rubio, su lectura revive hoy el hechizo de una cultura, lejana y distinta, que no deja de sorprendernos.
विषयसूची
ÍNDICE
NOTA INTRODUCTORIA
PREFACIO DE LA AUTORA
CARTAS DE LA 1 A LA 44
GLOSARIO
लेखक के बारे में
Isabella Bird (1831-1904). Escritora, naturalista, fotógrafa, exploradora, nació en el seno de una familia de clase media británica. Mujer de gran temperamento y de salud enfermiza, inició pronto una vida de esforzados viajes en solitario costeándolos con la pequeña fortuna familiar. Tras recorrer Australia y los Estados Unidos inicia con este viaje a Japón una serie de travesías por Asia que la llevarán a China, Corea, Vietnam, Singapur y Malasia. Casada por pocos años, estudia medicina una vez viuda y decide emplear los restos de su herencia como misionera en India recorriendo Ladakh, Tíbet, Persia, Kurdistán, Turquía e Irán. Es, sin duda, una de las grandes viajeras del XIX y la primera mujer en ingresar, por méritos propios, en la Royal Geographical Society.