El licenciado Vidriera es uno de los relatos de las Novelas ejemplares. En él Miguel de Cervantes Saavedra expone con aire melancólico las fantasías de un hombre que cree que su cuerpo es de cristal.
Al inicio de la obra dos jóvenes caballeros encuentran a Tomás Rodaja, un niño de once años que va a Salamanca para estudiar allí. Tomás está dispuesto a servir a un amo si este le proporciona, a cambio, medios para llegar a la Universidad. Los caballeros lo toman como sirviente y con el tiempo se convierte en buen compañero de ellos.
Tomás se gradúa en leyes en la ciudad de Salamanca. Allí despierta el amor de una dama que, al no ser correspondida, recurre a la magia de una morisca. Esta última le da a Tomás una poción para que no pueda vivir sin el amor de la dama.
El hechizo le provoca a Tomás la locura de creerse de vidrio. Transformado en El licenciado Vidriera, no deja que nadie se le acerque por temor a romperse como un cristal y reclama a la gente que le haga preguntas que siempre sabe responder con soltura.
Tomás es en este punto del relato una premonición del Quijote. Su delirio le confiere una sabiduría y un influjo peculiar sobre la gente, que solo pierde al recuperar la cordura.
लेखक के बारे में
Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 1547-Madrid, 1616). España.
Miguel de Cervantes Saavedra nació a mediados de 1547, en Alcalá de Henares, como cuarto de los siete hijos del cirujano Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas. Después, entre 1551 y 1556, su familia se trasladaría, sucesivamente, a Valladolid, Córdoba, Sevilla y Madrid, donde llevarían siempre una vida modesta y no exenta de dificultades.
No se conocen referencias claras sobre la infancia y juventud de Cervantes, y tampoco sobre su formación. Es probable que estudiara en los colegios jesuitas de Córdoba y Sevilla, pero no en la universidad. Sí consta su contacto, a partir de 1566, con el catedrático de gramática y retórica Juan López de Hoyos, en Madrid, quien probablemente lo inició en el arte de la poesía y en la cultura renacentista y humanista de la época.
Hacia 1569, tras algún lance callejero o de honor en el que debió herir a un tal Antonio de Sigura, Miguel de Cervantes marchó a Roma con la intención, sobre todo, de eludir a la justicia. Allí entró al servicio del cardenal Giulio Acquaviva y, poco después, trabajó como soldado en el tercio de Miguel de Moncada. Los motivos de este cambio de ocupación son, todavía hoy, un enigma.
Los azares bélicos llevaron a Cervantes a la batalla de Lepanto (1571), a bordo de la galera Marquesa, perteneciente a la escuadra mandada por Juan de Austria. En esta batalla fue herido en la mano izquierda, la cual le quedó inútil. Después, tras unos meses de recuperación en Mesina, volvió a participar en las campañas de Bizerta y Túnez. En el prólogo de la segunda parte del Quijote, el mismo Cervantes refiere con orgullo su participación en la batalla de Lepanto, así como su herida y la compensación que obtuvo por su valor.