‘La patria del criollo’ en su versión adaptada.
Seguramente no hay obra académica tan relevante y conocida para los centroamericanos como La patria del criollo, de Severo Martínez. Ha sido considerada ‘una de las mejores historias sociales, producidas en América Latina en esta segunda mitad del siglo’, (Sergio Bagú ). Robert Carmack la conceptúa como un ‘análisis sobrio y meticuloso’, el cual ‘proporciona.. la interpretación más significativa de la sociedad guatemalteca’ . En 2009, fue traducida al inglés y la publicó una universidad estadounidense. En Centroamérica, la obra se continúa reimprimiendo y leyendo, cincuenta años después que se publicara la primera edición, en 1970.
La patria del criollo es tanto una obra histórica como literaria, su lectura despierta emociones y cautiva. Entre los elementos que mantienen el interés de los lectores está la secuencia de intensos conflictos (sobrevivencia, racismo, violencia, explotación); las tramas que se suceden unas a otras; la perceptible e intensa involucración del autor por encontrar explicaciones más complejas y profundas; las continuas referencias entre el pasado y el presente; la interesantísima documentación que nos entrega; su emoción por lo que expone. A pesar de ser una obra científica, esta obra hará que la historia nos resulte fascinante, una razón más para leerla en los años de estudiante. La patria del criollo continúa siendo el referente inevitable para el estudio de la colonia.
Esta versión adaptada cuenta con una biografía de Severo Martínez, escrita por los académicos Christopher Lutz y George Lovell, quienes participaron en la selección de las imágenes, así como también Guisela Asensio, directora de Cirma, Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica. La edición adaptada incluye 21 preciosas ilustraciones y un mapa antiguo de la región (1523).
लेखक के बारे में
Severo Martínez Peláez nació en 1925, en Quezaltenango, Guatemala. Su padre, Alfredo Martínez Rodríguez, era hijo de inmigrantes españoles y la madre, Alicia Peláez Luna, de raíces guatemaltecas más profundas. Severo ingresó a la facultad de Humanidades de la USAC y fue presidente de la Asociación de Estudiantes de esa facultad. Se identificó con la Revolución de Octubre y, en los momentos más cruciales y finales del gobierno de Árbenz, dio sendos discursos por medio de la radio en apoyo al mismo, razón por la que tuvo que exiliarse cuando el gobierno cayó. Al regresar a Guatemala, tres años después, dio clases en algunos colegios de secundaria y en la extensión de la USAC en Quezaltenango; abrió y trabajó en la Librería El Tecolote y reanudó sus estudios en la USAC. Severo se afilió al Partido Guatemalteco del Trabajo, PGT, mientras seguía trabajando en los primeros capítulos de La patria del criollo. Cuando la USAC se convirtió en el blanco de la represión gubernamental, muchos de los estudiantes y colegas de Severo fueron asesinados o desaparecidos. Una beca de dos años financiada por la USAC lo llevó a un período de investigación en el Archivo General de Indias, en Sevilla, España. La temporada que Severo pasó en Sevilla lo ayudó a terminar de escribir La patria del criollo, la cual salió de la imprenta de la USAC el 30 de septiembre de 1970, después de unos quince años de creación. Severo Martínez Peláez falleció en Puebla, México, el 14 de enero de 1998. (Extraído de ‘Historia sin máscara, vida y obra de Severo Martínez Peláez, de George Lovell y Christopher Lutz. 2009. Publicado por CEUR y Flacso, Guatemala).
Irene Piedrasanta tiene una maestría en ciencias sociales, por la Universidad del Valle de Guatemala. Siempre ha creído que a los niños y jóvenes hay que darles lo mejor que tenga un país, por lo que en su trabajo como editora ha adaptado y publicado para ellos obras que son del patrimonio nacional: Popol Vuh, obras de Miguel Ángel Asturias, Flavio Herrera, Guillermo Grajeda Mena, Francisco Morales Santos, Humberto Ak´abal, Ricardo Estrada, Luis Alfredo Arango, Manuel Galich, Rigoberta Menchú y Dante Liano, Mario Payeras, Jairo Bustamante, Víctor Montejo y otros. Irene entrega en esta ocasión la adaptación de ‘La patria del criollo’, de Severo Martínez Peláez.