Švejk es, sin duda, uno de los personajes más peculiares e hilarantes de la historia de la literatura, elevado a icono del antimilitarismo y de la sátira sobre la decadencia de las instituciones del Antiguo Régimen. Sus peripecias durante la primera Guerra mundial confluyeron en la obra maestra Las aventuras del buen soldado Švejk, novela inacabada en cuatro volúmenes que Hašek escribió desde su regreso de Rusia en 1921, donde llegó a tener cargos militares de alto nivel en el ejército rojo, hasta su muerte en 1923. Sin embargo, Hašek empezó a crear su personaje más famoso ya en 1912 en un libro de cuentos titulado El buen soldado Švejk y otras historias curiosas y en 1917 en el panfleto El buen soldado Švejk en cautiverio, ambos reunidos y por primera vez traducidos en este volumen, donde se narran sus experiencias antes del estallido de la guerra, en las cuales Hašek parece sugerir que la ingenuidad y la obediencia ciega de Švejk al emperador y a las instituciones resultan más eficaces que los saboteadores y que los espías para evidenciar los fallos y la absurdidad del sistema militar.
Circa l’autore
Jaroslav Hašek
(Praga 1883 – Lipnice nad Sázavou 1923)
Nacido en Praga en una familia arruinada a causa de los problemas de alcoholismo del padre, Jaroslav Hašek tuvo siempre una vida al límite. Despedido de varios trabajos por su afición a la bebida, se dedicó al periodismo acercándose a los ambientes anarquistas. En 1911 fundó el Partido del Progreso moderado dentro de los Límites de la Ley y se presentó como candidato a las elecciones generales. Durante la I Guerra mundial combatió en las filas del ejército austrohúngaro (experiencia que narra en su única novela Las aventuras del buen soldado Švejk), desertó y se incorporó al ejército revolucionario ruso, donde llegó a ser comandante de todas las operaciones en Siberia. De vuelta en Praga, murió de alcoholismo a los cuarenta años.