Lou Ford, el sheriff adjunto de una pequeña localidad de Texas, es un hombre de apariencia cordial, simpático y tranquilo. Todas las personas que le rodean están cómodas con él. Pero esa fachada de normalidad, que él mismo ha ido construyendo con paciencia después de haber cometido un crimen en su juventud, empieza a resquebrajarse cuando lo que él llama «la enfermedad» empieza a abrirse paso en su mente. En el momento en que su aletargada faceta oscura consiga por fin imponerse y salir desbocada, las consecuencias para su vida y las de los demás pueden ser imprevisibles.
Maestro en retratar el reverso criminal de la mente humana, Jim Thompson alcanzó con El asesino dentro de mí unas cotas de perfección que ningún otro escritor ha superado. Una de las novelas más duras, descarnadas e ingeniosamente perversas de toda la literatura moderna.
Circa l’autore
JIM THOMPSON (Anadarko, 1906 – Los Ángeles, 1977). Es uno de los mayores exponentes de la novela policiaca norteamericana del siglo XX. Siendo aún muy joven, cuando su familia perdió toda su fortuna, Thompson se empleó en múltiples trabajos. Fue entonces cuando comenzó a escribir también sus primeras historias de ficción. Infatigable, escribió relatos, veintinueve novelas y también guiones para las películas Atraco perfecto y Senderos de gloria, de Stanley Kubrick. Su obra ha sido llevada al cine en varias ocasiones por directores de la talla de Stephen Frears, Bertrand Tavernier, Michael Winterbottom y Sam Peckinpah. Entre sus obras, además de Un cuchillo en la mirada, son memorables 1280 almas, Una mujer endemoniada, La huida, Hijo de la ira, Los timadores y El asesino dentro de mí. Casi olvidado por sus contemporáneos, antes de morir pidió a su esposa que conservara sus manuscritos porque iba a ser famoso al cabo de diez años. Hoy es considerado un autor a la altura de Raymond Chandler y Dashiell Hammett.