Quizás como solo David Viñas, es decir como nadie en la actualidad, Martín Kohan viene llevando a cabo una reflexión sobre lo popular y los mitos argentinos, sin dejarse atrapar jamás por ellos. Kohan no piensa lo popular como un entomólogo, sino al contrario, como alguien que se fascina con enchastrarse en el barro de lo nacional. Su obra vive en ese mundo, sin tener un ápice de populista. Hay en él una bienvenida enseñanza sobre qué significa ser hoy de izquierda en Argentina. Antes fueron la pelea Firpo-Dempsey, la dictadura, las guerras argentinas, el Nacional Buenos Aires, la estancia de Esteban Echeverría, la iconografía de Evita, San Martín. En Ojos brujos es el bolero y sobre todo el tango: nada de lo nuestro escapa a su sensibilidad de intelectual, que en un mismo movimiento cruza a Walter Benjamin con una prosa de estilista, a la autobiografía solapada con un conocimiento riguroso.
Circa l’autore
Martín Kohan nació en Buenos Aires en enero de 1967. Enseña teoría literaria en la Universidad de Buenos Aires. Publicó siete libros de ensayo: Imágenes de vida, relatos de muerte. Eva Perón, cuerpo y política (en colaboración) (1998), Zona urbana. Ensayo de lectura sobre Walter Benjamin (2004), Narrar a San Martín (2005), Fuga de materiales (2013), El país de la guerra (2014); Ojos brujos. Fábulas de amor en la cultura de masas (2016), 1917 (2017) y Me acuerdo (2020); tres libros de cuentos: Muero contento (1994), Una pena extraordinaria (1998) y Cuerpo a tierra (2015); y diez novelas: La pérdida de Laura (1993), El informe (1997), Los cautivos (2000), Dos veces junio (2002), Segundos afuera (2005), Museo de la Revolución (2006), Ciencias morales (2007), Cuentas pendientes (2010), Bahía Blanca (2012) y Fuera de lugar (2016).