Dos novelas breves de misterio integran este libro de Olga Drennen. En Asesinatos en la escuela del perro una periodista realiza un reportaje al comisario Quinteros, que le cuenta el primer caso con el que estuvo vinculado cuando terminaba la escuela primaria. Se trata de una serie de asesinatos: la cocinera, el perro mascota de la escuela y la maestra de Matemáticas aparecen muertos en la escuela de Buenos Aires, poco antes de los festejos del 9 de Julio. A partir de ese momento, maestras alumnos y policía se ven envueltos en una serie de aventuras. Aparecen pistas falsas e historias secretas y Quinteros, decidido a convertirse en detective, no hace más que entorpecer la investigación y ganarse los retos del padre que es comisario. Por último alguien encuentra una clave para encontrar al asesino. En La sombra en el espejo, que tiene como escenario la ciudad de Olavarría, un joven que visita la ciudad vive atormentado por una sombra que parece acosarlo desde el espejo. Las distintas apariciones llenan de terror al muchacho que pide a un nuevo amigo que lo ayude a averiguar a qué se debe la persecución de que es víctima. Poco después, cuando su madre va a su encuentro, logra dilucidar el inquietante enigma.
Circa l’autore
Desde chica me gustó leer. Según parece, fui un poco ‘traga’. Me encantaba los libros y jugar a que era la novia de Sandokan. Admiraba a Jo, la de Mujercitas, porque se convertía en escritora. Pero no quería ser escritora porque me costaba escribir. No digo libros, digo palabras como ‘oso’, por ejemplo. Pero bueno, como nadie nace sabiendo, un día aprendí y aquí me tienen, de escritora; y hasta gané algunos premios. Escribo poesías, cuentos y novelas. Algunos de mis libros son Sombras y temblores, Merlina y el dragón, ¡Abajo los miedos!, entre otros. También traduje historias encantadoras como El mago de Oz, y algunos de terror como Donde viven los fantasmas. Soy mamá y también abuela de una nena bastante traviesa que no deja de hojear libros conmigo. Me encanta tenerla de compañera para divertirnos con las palabras y con las historias. Ya ven, en mi vida, eso no cambió.