La teología es un terreno demoníaco. Lo que Thomas Mann señaló sobre la música en su gran discurso en Washington de 1945 sobre ‘Alemania y los alemanes’ no deja de aplicarse para hablar de cuestiones divinas y de cosas de este y otro mundo. También su observación en el mismo discurso de que la música es ‘el arte más remoto de la realidad y al mismo tiempo el más apasionado’ se puede trasladar sin cambios relevantes a la naturaleza de muchas enseñanzas teológicas. Los discursos suelen tratar sobre los factores más distantes y evasivos como Dios, omnipotencia, salvación y condena con una vehemencia que solo los motivos más íntimos de la pasión pueden avivar.
Circa l’autore
Peter Sloterdijk nació en Karlsruhe, Alemania, el 26 de junio de 1947. Es filósofo y catedrático en la Escuela de Arte y Diseño de su ciudad natal. Comezó su formación en 1968 y hasta 1974 estudió Filosofía, Historia y Filología Germánica en la Universidad de Munich. Hacia 1975 se doctoró en Filosofía en la Universidad de Hamburgo. Entre 1978 y 1980 viajó a Pune, India, para estudiar con Ashram von Bhagwan Shree Rajneesh (luego conocido como Osho). En 2001 fue nombrado rector de la Universidad de Arte y Diseño de Karlsruhe, puesto que ejerció hasta 2015.