Así debe ser
Rebecca Winters
Philippe y Kellie Didier llevaban solo un mes de feliz matrimonio cuando una noticia lo cambió todo. Una mujer a la que Philippe había conocido hacía un tiempo afirmaba que él era el padre de su hijo. Y la inocente criatura necesitaba un hogar.
¿Podría Kellie aceptar al pequeño aun sin estar segura de que era de su marido? ¿Conseguirían volver a ser felices en su matrimonio después de aquello? Ella esperaba que así fuera, especialmente porque también estaba embarazada.
Lo mejor de la vida
Teresa Southwick
Cade Mc Kendrick no tenía la menor intención de llenar su rancho de ambiente familiar. Pero la cocinera que había contratado a toda prisa resultó ser una guapísima madre soltera, y pronto todo estuvo impregnado de olor a galletas recién hechas, juguetes por los suelos y multitud de risas.
En poco tiempo Cade descubrió que deseaba algo que jamás habría imaginado.
La soledad del héroe
Cathie Linz
Justice Wilder había resultado gravemente herido al salvarle la vida a un niño. Quizá eso supusiera el final de su carrera militar.
La maestría de Kelly Hart como fisioterapeuta podía curarle las heridas, pero ¿qué ocurriría cuando Justice descubriera que ella había estado enamorada de él… y aún lo estaba?
Cuando un hombre y una mujer se ven obligados a compartir una diminuta cabaña… ¡puede ocurrir cualquier cosa!
Circa l’autore
La escritora americana Rebecca Winters es madre de cuatro hijos y vive en Salt Lake City, Utah. Cuando tenía 17 años, estuvo interna en Lausana, Suiza, donde aprendió a hablar francés y conoció a chicas de todo mundo. Al volver a Estados Unidos, Rebecca desarrolló su amor por los idiomas y se licenció en Filosofía y Letras.
Rebecca confiesa que se hizo escritora casi por accidente: ‘Me inicié poco a poco como escritora. Al principio, no me gustaba nada escribir, solamente rellenaba lo impresos obligatorios para el colegio. Si cualquiera me hubiera dicho que iba a ser escritora, y que además me encantaría, yo me habría reído y lo habría encontrado completamente absurdo y ridículo. Escribía cartas a mis padres cuando estaba en el internado con 17 años. Mi madre las guardó todas y un día, después de ser madre por segunda vez, me las envió y me pidió que escribiera mis memorias para ellos. En aquel momento pensé que se había vuelto loca, pero como adoro a mi madre, lo hice tal y como me lo propuso. Cuando había terminado de ordenar todos esos pensamientos de la adolescencia, observaciones y opiniones, las semillas de una historia habían comenzado a formar parte en mi cabeza. La semilla se convirtió finalmente en una novela que se publicó en 1979. Se llamó The living Season, y se publicó bajo el nombre Rebecca Burton. Naturalmente, se desarrolló en Suiza y Francia. Unos años más tarde empecé a publicar con Harlequin. Supongo que la moraleja de esta historia es, ¡nunca infravalores la intuición de una madre!’