El lado que nadie veia relata diversas experiencias vitales (incluidas las de la autora, que es médica) sobre las muy diversas formas en que la falta de perdón puede influir directa o indirectamente en la vida de las personas, de muy diversas maneras (físicas, psicológicas y espirituales) y retrata también aspectos muy peculiares que quizá muchas personas aún no han valorado debidamente en términos de que «la vida no sigue su curso». ¿Por qué? La sensación de una vida atascada… ¿Qué puede estar pasando? Ven a ver un poco de esta historia real sobre la importancia del perdón en términos físicos, psicológicos y espirituales. Venga a descubrir cómo la autora consiguió identificar las raíces de los más variados problemas en cuestión y cómo Dios la dotó de la comprensión necesaria para lidiar con cuestiones tan delicadas y peculiares en varios aspectos de la salud física, psicológica y espiritual después de la liberación del perdón o de la falta de él. Al fin y al cabo, ¡toda historia real tiene El lado que nadie veía!
Circa l’autore
Simone Alves, nació en Duque de Caxias en abril de 1973. Desde pequeña siempre le gustó todo lo relacionado con el arte de cuidar. A los 17 años terminó el curso de auxiliar de enfermería, pero no pudo trabajar porque ella era menor de edad, pero se dedicó de lleno a la pasantía (incluidos los fines de semana) que luego se convirtió en su primer trabajo en un hospital geriátrico de Río de Janeiro.Su primer título fue Enfermería (UNIGRANRIO, 1998) y el segundo fue Medicina (UNIG, ITAPERUNA, 2008), seguido de algunos posgrados (Geriatría / Pediatría / Cuidados Intensivos Pediátricos), ya que para ella, estudiar, además de ser placentero, se convirtió en un pasatiempo. Madre de dos hijos, Gabriel y Maria Antonia. Ha vivido momentos extremadamente difíciles a lo largo de su trayectoria y ha aprendido de la misericordia de Dios, viviendo en la práctica los beneficios del perdón, y desea a través de esta obra llevar a sus lectores, además de su historia y experiencia de vida, la importancia de deshacerse del peso que nos trae la falta de perdón. Porque cuando no soltamos el
perdón, corremos el grave riesgo de que las esferas física, mental y espiritual se vean comprometidas. Sí, así es, la falta de perdón puede causar graves daños a nuestro cuerpo, mente y espíritu. Entonces, ¿qué tal deshacerse de este peso y vivir la plenitud de una vida sana y feliz? Al fin y al cabo, lo que se ha hecho, ya se ha hecho Y la mayoría de las veces no hay nada más que hacer. Sé feliz, libera el perdón y comienza a disfrutar de todas las bendiciones que Dios tiene para ti, incluyendo la alegría de tener una vida ligera, después de todo esta carga no es tuya. Jesús te llevó a la cruz cuando te sacrificaste por ti y por mí.