La singularidad y relevancia de Lenin como líder revolucionario se asocia a menudo con la toma del poder en 1917. Sin embargo, tal como argumenta Slavoj Žižek en este nuevo estudio y recopilación de textos originales de Lenin, es en sus dos últimos años de vida política donde mejor se aprecia la verdadera talla de este político irrepetible. Rusia había sobrevivido a una invasión extranjera, al embargo y a una guerra civil desgarradora, por no hablar de revueltas internas como la de Kronstadt en 1921; pero el nuevo Estado se hallaba agotado, aislado y confuso ante una revolución mundial que parecía desvanecerse. Había que buscar nuevas vías –partiendo casi desde cero– a fin de que el Estado soviético consiguiera perdurar, concebir rumbos alternativos hacia el futuro por territorios inexplorados. Con su perspicacia y vigor acostumbrados, Žižek defiende que es en este contexto de repliegue donde se manifiesta plenamente la valía de Lenin como pensador y como político.
En un mundo como el nuestro, azotado por las turbulencias políticas, las crisis económicas y las tensiones geopolíticas, no cabe sino repetir la sobria lucidez y la inquebrantable determinación revolucionaria que Lenin supo conjugar magistralmente.
Circa l’autore
Vladímir Ilich Uliánov, Lenin (1870-1924): político, revolucionario, teórico político y comunista ruso. Como estudiante de Derecho, se vinculó a grupos revolucionarios marxistas, lo que le valió en 1897 un destierro a Siberia. Allí se casó con Nadezhda Krúpskaya y escribió El desarrollo del capitalismo en Rusia. Desde 1905 se exilió en Suiza, donde escribió Materialismo y empiriocriticismo (1908). También estuvo en Finlandia, donde escribió El Estado y la Revolución (1917) en el que Lenin definía ese Estado como una fase transitoria y necesaria de dictadura del proletariado, que habría de preparar el camino para el futuro comunista.
En 1917, Lenin regresó a Petrogrado. Rusia estaba siendo derrotada por los alemanes en la Primera Guerra Mundial, lo que había provocado el derrocamiento del zar Nicolás II y la instalación de un gobierno provisional de tipo burgués. Entonces Lenin proclamó sus famosas Tesis de abril donde exigía la retirada rusa de la guerra y la instauración del socialismo. El 7 de noviembre de 1917, los revolucionarios tomaron el Palacio de Invierno y al día siguiente Lenin fue nombrado Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo por el Congreso de los Sóviets de Rusia. En 1918, apoyó la firma del tratado Brest-Litovsk que restableció la paz con Alemania cediéndole territorios. En 1919 fundó la Internacional Comunista (Komintern). También ayudó a Trotski en la formación del Ejército Rojo, que venció al Ejército Blanco de los enemigos de la revolución. A partir de 1921, aplicó la Nueva Política Económica (NEP), que restauró la propiedad privada en algunos sectores de la economía, sobre todo en la agricultura. En mayo de 1923 se trasladó a Gorki, ciudad donde falleció el 21 de enero de 1924 por un infarto cerebral.