Dedico este libro a todas las que leyeron “Cuando el sol desaparece” y “Mike, luna de vino tinto.” Al equipo de trabajo, a mi esposo, familia y amigos.
Desde que era niña me gustaban las novelas y los libros románticos. Aunque mi pasión era escribirlas, jamás pensé que algún día me atrevería a compartir mis historias con el mundo. Una tarde cualquiera estaba en el patio de mi casa, cuando los cuervos volaron hasta posarse en un árbol seco que se encontraba ahí desde que nos mudamos. Me llamó la atención que los cuervos repetían la misma escena todos los días, justo cuando el sol se ocultaba. Aquello me convirtió en una fanática de los cuervos y me gustó mucho la idea de que formaran parte de mi inspiración.
Continuación de “Mike, Luna de vino Tinto.”