Amadeo I es la tercera novela de la quinta y última serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.
En su contexto histórico, esta novela de Pérez Galdós comienza con la entrada en Madrid de Amadeo de Saboya, llamado por las Cortes para ser coronado rey de España. Su primer acto es asistir a las exequias de Prim, recientemente asesinado en atentado terrorista, supuestamente en una conspiración organizada y financiada por Antonio de Orleans. El futuro rey, aunque bien recibido por el pueblo y la clase media, es rechazado por la aristocracia, en un ambiente político de gran inestabilidad en el que se suceden diversos gobiernos: el de Ruiz Zorrilla, el de Sagasta y finalmente el de Serrano. Asistimos también a una nueva insurrección carlista, seguida de una republicana y también un atentado contra Amadeo I.
Galdós viste los acontecimientos con una trama en la que seguimos la narración del republicano Proteo Liviano, periodista, gran orador y, como suele suceder en los argumentos de estos episodios, un donjuan cuyas aventuras le llevan a numerosos lances y conquistas amorosas. También ejerce gran protagonismo en la novela el personaje de Mariclío, una mujer que viene a personificar la historia de España, en un giro irónico muy propio de Galdós. El personaje utiliza a Proteo para que nos haga de observador tanto a los lectores como a ella misma. Desde el punto de vista del estilo, el relato se convierte a veces en un cuento fantástico, trastocando los conceptos de tiempo y espacio, huyendo incluso de la correspondencia cronólogica tan cuidada siempre por el autor.
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Benito Pérez Gáldos (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920). España.
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, el 10 de mayo de 1843, Bénito Pérez Gáldos era el menor de los diez hijos de Sebastián Pérez Macías, teniente coronel del Ejército, y María Dolores Galdós Medina, hija de un antiguo secretario de la Inquisición. Como estudiante de bachiller, en el colegio de San Agustín, Galdós evidenció afición por la música y la pintura. En 1861 escribió sus primeros textos, y un año después inició colaboraciones literarias con el bisemanario El Ómnibus, de Canarias. Al año siguiente se trasladó a la capital española para estudiar derecho en la Universidad de Madrid. Allí realizó colaboraciones con el semanario La Nación y la Revista del Movimiento Intelectual de Europa, y conoció a Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, el cual le alentó en sus propósitos literarios.
Tras sus viajes a París, en 1867 y 1868 (como corresponsal de la Exposición Universal), Galdós profundizó en la obra de Balzac, tradujo a Dickens (Papeles póstumos del club Pickwick); en Madrid, pudo presenciar la abdicación de Isabel II (1868) y el ascenso del progresista general Prim. En 1870, tras conocer a Clarín, Galdós escribió sus primeras novelas de influencia romántica y siguió publicando artículos en La Revista de España, en la cual fueron apareciendo después, por entregas, su segunda y tercera novelas. Posteriormente, también publicaría sus relatos en La Ilustración de Madrid.
Siendo ya director de La Revista de España, desde 1872, Galdós pasará los veranos en Santander, donde, ese mismo año, conocerá a Mesonero Romanos, de cuyo contacto obtendrá mucha información para sus Episodios nacionales. La escena política española era convulsa: asesinado Prim, Amadeo de Saboya subió al poder durante tres años escasos, siendo obligado a abdicar ante la venida de la I República. La situación era propicia para que Galdós se entregara a la escritura de Los Episodios nacionales, que ocupó casi todo su tiempo entre 1873 y 1876, año en que comenzó a escribir sus primeras novelas de trasfondo social. Tras el golpe de Estado de 1875, el resto de su vida transcurrirá ya bajo la reinstaurada monarquía borbónica de Alfonso XII y, tras su muerte (1885), con la regencia de María Cristina de Habsburgo. Después de 1876, Galdós iría escribiendo su ingente producción simultaneando los Episodios, las novelas, los relatos, el teatro y las crónicas.
Galdós trabó estrecha amistad con Emilia Pardo Bazán en 1883, el mismo año en que vio rechazada su candidatura a la Academia Española, tras lo cual inició un viaje, con su amigo José Alcalá Galiano, por Inglaterra y otros países de Europa, al que seguirán otros más por España, Portugal y, de nuevo, Europa, hasta 1887.