Cada cual con su razón es una comedia en verso de José Zorrilla, dividida en tres actos. El célebre escritor y poeta español se distinguió por su contribución fundamental al Romanticismo en la literatura española. Esta obra, uno de los tres dramas que Zorrilla escribió y representó en 1840, es una evidencia más de su impresionante producción y creatividad.
La trama, al estilo de muchas comedias clásicas, gira en torno a equívocos amorosos y situaciones de enredo. Cada personaje aporta su propia 'razón' o perspectiva, enriqueciendo la trama y dando profundidad y matices a la narrativa.
Entre los personajes se encuentra el rey Felipe IV, cuya inclusión aporta un elemento de realidad a la obra. Otros personajes son el Marqués de Vélez, don Pedro, Doña Elvira, Inés y el conde don Guillén. Este variado elenco, en combinación con la habilidad de Zorrilla para construir personajes y diálogos ingeniosos, asegura una experiencia teatral dinámica y enriquecedora.
Aunque Zorrilla es más conocido por su obra Don Juan Tenorio, en Cada cual con su razón muestra su capacidad para manejar la comedia y el verso, demostrando la versatilidad de su talento literario. El título de la obra en sí refleja la esencia de su trama: la convivencia de diferentes perspectivas y 'razones' dentro de una sociedad, entrelazándose y chocando entre sí.
Cada cual con su razón es, en última instancia, una prueba más del genio literario de Zorrilla, un autor capaz de explorar magistralmente la diversidad y la complejidad de la experiencia humana a través de su arte. Una obra que merece ser redescubierta y apreciada tanto por su destreza poética como por su penetrante mirada sobre la condición humana.
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José Zorrilla y Moral (Valladolid, 1817-Madrid, 1893)
Tras estudiar en el Seminario de Nobles de Madrid, fue a las universidades de Toledo y Valladolid a estudiar leyes y poco después abandonó los estudios y se fue a Madrid.
Las penurias económicas le hicieron a vender a perpetuidad los derechos de Don Juan Tenorio(1844), la más célebre de sus obras.
En 1846, viajó a París y conoció a Alejandro Dumas, padre, George Sand y Teophile Gautier que influyeron en su obra.
Tras una breve estancia en Madrid, regresó a Francia y de ahí, en 1855, marchó a México donde el emperador Maximiliano lo nombró director del teatro Nacional. Publicó un libro de memorias a su regreso a España.