En el prólogo del libro, Alberto Vital dice: ‘Los papeles de un gran escritor tienen, sí, carácter de documentos’. Para él, permiten responder a una pregunta: ‘¿cómo es que Rulfo escribió esas trescientas páginas que Gabriel García Márquez ha puesto a la altura de las de Sófocles, esto es, de uno de los hombres que contribuyeron a fundar la civilización?’. En enero de 1945, Rulfo escribe: ‘No sé lo que está pasando dentro de mí; pero a cada momento siento que hay algo grande y noble por lo que se puede luchar y vivir. Ese algo grande, para mí, lo eres tú … Estuve leyendo hace rato a un tipo que se llama Walt Whitman y encontré una cosa que dice: 'El que camina un minuto sin amor, camina amortajado hacia su propio funeral'. Y esto me hizo recordar que yo siempre anduve paseando mi amor por todas partes, hasta que te encontré a ti y te lo di enteramente’.
Inhoudsopgave
Prólogo
CARTA I. Desde que te conozco, hay un eco
CARTA II. Hoy que vine de ti, sostenido a tu sombra
CARTA III. Sta. Clara Aparicio
CARTA IV. Muchachita
CARTA V. Chiquilla
CARTA VI. Criatura
CARTA VII. Kiko
CARTA VIII. Criatura
CARTA IX. Sta. Clara Aparicio
CARTA X. Mujercita
CARTA XI. Mayecita
CARTA XII. Mayecita
CARTA XIII. Chiquitina
CARTA XIV. Mujercita
CARTA XV. Mujercita
CARTA XVI. Querida Mujercita
CARTA XVII. Mujercita
CARTA XVIII. Cariñito
CARTA XIX. Chachita
CARTA XX. Odiada mujercita
CARTA XXI. Querida chachinita
CARTA XXII. Cariñito grande
CARTA XXIII. Criaturita
CARTA XXIV. Mayecita
CARTA XXV. Queridísima chiquis
CARTA XXVI. Chiquitina
CARTA XXVII. Querida mujercita
CARTA XXVIII. Querida mujercita
CARTA XXIX. Mujercita
CARTA XXX. Muchachita
CARTA XXXI. Maye chiquita
CARTA XXXII. Chachita
CARTA XXXIII. Criatura
CARTA XXXIV. Mujercita
CARTA XXXV. Mujercita
CARTA XXXVI. Mujercita
CARTA XXXVII. Querida mujercita
CARTA XXXVIII. Clara
CARTA XXXIX. Mujercita
CARTA XL. Mayecita
CARTA XLI. Chachita
CARTA XLII. Chiquilla
CARTA XLIII. Mujercita
CARTA XLIV. Maye
CARTA XLV. Criatura
CARTA XLVI. Corazón
CARTA XLVII. Mujercita
CARTA XLVIII. Mujercita
CARTA XLIX. Mayecita
CARTA L. Mujercita
CARTA LI. Querida mujercita
CARTA LII. Criaturita
CARTA LIII. Querida madrinita
CARTA LIV. Querida mujercita
CARTA LV. Cariñito
CARTA LVI. Querida mayecita
CARTA LVII. Mujercita
CARTA LVIII. Mujercita
CARTA LIX. Mujercita querida
CARTA LX. Mayecita querida
CARTA LXI. Muchachita querida
CARTA LXII. Muchachita fea
CARTA LXIII. Querida mujercita
CARTA LXI. Mujercita
CARTA LXV. Querida mayecita
CARTA LXVI. Señora
CARTA LXVII. Muchachita
CARTA LXVIII. Madrecita
CARTA LXIX. Mujercita querida
CARTA LXX. Lo que quiero es tu amor…
CARTA LXXI. Muchachita
CARTA LXXII. Muchachita
CARTA LXXIII. Querida madrecita
CARTA LXXIV. Muy querida
CARTA LXXV. Adorada mujercita
CARTA LXXVI. Clara Aparicio, querida mujercita
CARTA LXXVII. Querida mujercita
CARTA LXXVIII. Mujercita, querida mujercita
CARTA LXXIX. Querida chachinita
CARTA LXXX. Querida mujercita
CARTA LXXXI. Querida madrecita
CARTA LXXXII. Querida chachinita
CARTA LXXXIII. Madre, madrecita chula
CARTA LXXXIV. ¡Yo te amo
Notas
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Juan Rulfo nació el 16 de mayo de 1917. Fue registrado en Sayula y vivió en la población de San Gabriel, pero las tempranas muertes de su padre (1923) y su madre (1927) obligaron a sus abuelos a inscribirlo en un internado en Guadalajara, la capital de Jalisco.
Durante sus años en San Gabriel conoce la biblioteca literaria de un cura, depositada en la casa familiar, experiencia esencial en su formación. Se suele destacar su orfandad como determinante en su vocación artística, olvidando que su contacto temprano con aquellos libros tendría un peso mayor en este terreno.
Una huelga en la Universidad de Guadalajara le impide inscribirse en ella y se traslada a la ciudad de México. Asiste a cursos en la Facultad de Filosofía y Letras y se convierte en un conocedor de la literatura histórica, antropológica y geográfica de México. Durante las décadas de 1930 y 1940 viaja extensamente por el país, trabaja en Guadalajara o en la ciudad de México y comienza a publicar sus cuentos gracias a su gran amigo Efrén Hernández. En estos mismos años se inicia como fotógrafo.
Obtiene en 1952 la primera de las dos becas consecutivas del Centro Mexicano de Escritores, fundada por la estadounidense Margaret Shedd, sin duda la persona determinante para que Rulfo publicase en 1953 ‘El Llano en llamas’ y en 1955 la novela ‘Pédro Páramo’, que lo consagran como un clásico de la lengua española.
Las dos últimas décadas de su vida las dedicó Rulfo al Instituto Nacional Indigenista, donde se encargó de la edición de una de las colecciones más importantes de antropología contemporánea y antigua de México.
Juan Rulfo falleció en la ciudad de México el 7 de enero de 1986.