La Inteligencia Cósmica ha construido al hombre de forma que no pueda alcanzar su plena expansión si no mantiene el vínculo con su mundo superior, de donde recibe la luz y la fuerza. Es por ello que en tanto confíe únicamente en su limitado intelecto, carece de posibilidades de ver y de preverlo todo, produciéndose errores catastróficos en todos los sentidos. Los que sitúan su poder en la técnica, la industria, el progreso material, están condenados a perecer tarde o temprano. Porque sus obras, inspiradas sólo por el deseo de dominar al mundo sin tener en cuenta los designios de la Inteligencia Cósmica, remueven las capas de la atmósfera física y psíquica provocando fuerzas hostiles, potencias temibles que se desencadenan contra ellos. Pronto, la edad de Acuario producirá grandes trastornos que harán comprender a los que sobrevivan, que hay leyes que se deben respetar. La nueva vida que se está preparando está más allá de la imaginación por su belleza, su esplendor y su armonía. Porque todas las criaturas que están dispersas por el mundo y que trabajan en secreto buscando el Reino de Dios, se encontrarán para actuar, y las fortalezas de la ignorancia, del materialismo, del despotismo, se desplomarán. Os lo digo y ocurrirá como os lo digo: nada podrá impedir la llegada de la nueva época, de la Edad de Oro.
Table of Content
I La era de Acuario.— II La llegada de la Fraternidad.— III La juventud y la revolución.— IV Comunismo y capitalismo.— V La verdadera economía.— VI El oro y la luz.— VII Aristocracia y democracia.— VIII La política a la luz de la Ciencia iniciática.— Referencias bíblicas
About the author
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-1986), filósofo y pedagogo francés de origen búlgaro, llegó a Francia en 1937. Aunque su obra aborda los múltiples aspectos de la ciencia iniciática, él precisa : ‘ A través de mi enseñanza, deseo daros nociones esenciales sobre el ser humano: cómo está construido, sus relaciones con la naturaleza, los intercambios que debe hacer con los demás y con el universo, con el fin de beber de las fuentes de la vida divina…’.