Hemos venido a este mundo con una deuda que no podemos saldar con quienes nos precedieron, les debemos casi todo lo que somos. Esa actitud de gratitud nos mueve a ser humildes. A todo lo más que podemos aspirar, seguramente, es a que nos lloren de verdad cuando faltemos. Este credo es la base para este texto, una suerte de ensayo-legado dividido en 2 partes: ocio y negocio. No hay fórmulas mágicas, atajos, ni ideas finales. Se trata de ofrecer cierta guía, altitud de miras, y algo de consuelo para quien se halle algo cansado y desorientado. ¿Qué me gustaría dejarle por escrito a mi hijo? Esto es lo que tienes entre manos, querido lector.
O autorze
Un químico desertor que, pasado el ecuador de la vida, se sienta a pensar. Perplejo por lo lejos que está de donde se suponía, repasa lo dicho por padres y profesores. Poco de aquello supera la prueba del tiempo, pero algo queda. Tal vez se trate de darle una vuelta, añadir nuevas ideas, y sazonarlas al gusto. Tal vez merece la pena pasar a limpio todo como si de un recetario se tratara. O un mapa. A modo de legado