Mitnick fue el hacker más escurridizo de la historia. Logró colarse en ordenadores y redes de las agencias y compañías más grandes del mundo, aparentemente impenetrables, como Motorola, Sun Microsystems o Pacific Bell. Para Kevin, hackear no iba solo de alcanzar avances tecnológicos: era un juego de confianza que requería burlar y confundir para acceder a información valiosa. Impulsado por un fuerte estímulo para lograr lo imposible, engañando a los empleados para obtener información privada y maniobrando a través de capas de seguridad, obtuvo acceso a datos que nadie podía ver.
Cuando el FBI comenzó a acecharle, Kevin se dio a la fuga, en un juego de persecución cada vez más sofisticado, que le llevó a adoptar identidades falsas y muchos cambios de aspecto, a pasar temporadas en una gran cantidad de ciudades y a un enfrentamiento final con los federales, que no pararían hasta derribarlo.
Una emocionante historia real de intriga, suspense e increíble evasión, y el retrato de un visionario cuya creatividad, habilidad y persistencia obligaron a las autoridades a replantearse la forma en que lo perseguían, inspirando cambios permanentes en el modo en que las personas y las empresas protegen su información más confidencial.
O autorze
Kevin Mitnick, alias 'el Cóndor’, es ahora consultor de seguridad. Además de haber servido de inspiración para la novela Takedown, sus hazañas lo llevaron a ser calificado como el hacker más famoso del mundo o, incluso, el más buscado por el FBI. Su carrera comenzó a los 16 años, cuando, obsesionado por las redes informáticas, consiguió colarse en el sistema administrativo de su colegio, no para alterar sus calificaciones, sino para husmear. Sus objetivos fueron creciendo a cada paso, incluso llegaron a acusarlo de acceder al NORAD y al Pentágono.
'Nunca fui capaz de robar dinero. Y eso que hoy podría ser multi-millonario y vivir el resto de mis días al sol del Caribe. Pero la conciencia me lo impidió. Lo que me impulsaba a hacer lo que hacía era la euforia del descubrimiento científico, el placer que se experimenta cuando se resuelve un problema matemático difícil’, comentaba en una entrevista para Elmundo.es.
Fue detenido por el FBI en febrero de 1995, acusado de fraude e irrupción en los sistemas informáticos de varias empresas y entidades gubernamentales. Ha sido protagonista de incontables noticias y artículos de revistas y ha aparecido en numerosos programas de televisión y radio, en los que ofrece su punto de vista como experto en seguridad de la información, y ha declarado ante el Senado de Estados Unidos y escrito para Harvard Business Review.