Publicado dos meses después de La importancia de no hacer nada, La importancia de discutirlo todo insiste en que criticar es mucho más difícil que crear y que 'no hacer nada es la cosa más difícil del mundo’, reservada a un grupo de privilegiados intelectualmente. Oscar Wilde vuelve a provocar con sus ácidas reflexiones: Inglaterra 'ha inventado y establecido la opinión pública, que es un intento de organizar la ignorancia de la sociedad y de elevarla a la categoría de fuerza física’. Vivimos 'una época en la que las gentes son tan laboriosas que se han vuelto rematadamente estúpidas’. Defiende por encima de todo la inmoralidad del arte y asegura que 'sólo las teorías peligrosas tienen algo de valor intelectual. Una idea que no sea peligrosa no merece llamarse idea’.
O autorze
Oscar Wilde
(Dublín, 1854-París, 1900)
Oscar Wilde fue uno de los escritores más ingeniosos y populares de su tiempo. Brillante, mordaz, incisivo, elegante, cultivó la novela, el ensayo, el teatro, la poesía y el relato breve. En 1888 publicó El príncipe feliz y otros cuentos, libro del que forma parte El ilustre cohete y en 1890 apareció su única novela, El retrato de Dorian Gray, donde sobrepone la calidad artística a la estricta moral de la época victoriana. Tan sólo un mes después apareció la primera parte de su ensayo El crítico como artista, titulada La importancia de no hacer nada, a la que seguiría La importancia de discutirlo todo. Su larga carrera de éxitos se interrumpió en 1895, cuando fue acusado de 'indecencia grave’ por mantener relaciones sexuales con Lord Alfred Douglas, hijo del marqués de Queensberry, lo que le costó dos años de trabajos forzados. Al salir de prisión, arruinado económica y espiritualmente, se retiró a Francia, en donde apenas recibió el consuelo de un puñado de amigos. El tiempo lo ha confirmado como uno de los maestros indiscutibles de la Literatura. Rey Lear también le ha publicado La importancia de ser socialista y El asesino de las bellas artes.