Habían retomado su relación solo por el bien de su hija
Rachel Marsden era madre soltera y siempre había tratado de hacer lo mejor para su hija. Por eso cuando el padre de la pequeña Natalie, Tris Monbrisson, apareció después de tanto tiempo, Rachel se olvidó de sus sentimientos y pensó primero en Natalie. Así fue como acabaron pasando las vacaciones de verano en una bella casa que Tris tenía en las montañas suizas. Tris estaba enfadado con Rachel por haberle negado los doce primeros años de vida de una hija que ni siquiera sabía que tenía. Pero a medida que ambos fueron adoptando los papeles de padre y madre y empezaron a desvelarse los secretos del pasado, la unión que había entre ellos se hizo más intensa.
O autorze
La escritora americana Rebecca Winters es madre de cuatro hijos y vive en Salt Lake City, Utah. Cuando tenía 17 años, estuvo interna en Lausana, Suiza, donde aprendió a hablar francés y conoció a chicas de todo mundo. Al volver a Estados Unidos, Rebecca desarrolló su amor por los idiomas y se licenció en Filosofía y Letras.
Rebecca confiesa que se hizo escritora casi por accidente: 'Me inicié poco a poco como escritora. Al principio, no me gustaba nada escribir, solamente rellenaba lo impresos obligatorios para el colegio. Si cualquiera me hubiera dicho que iba a ser escritora, y que además me encantaría, yo me habría reído y lo habría encontrado completamente absurdo y ridículo. Escribía cartas a mis padres cuando estaba en el internado con 17 años. Mi madre las guardó todas y un día, después de ser madre por segunda vez, me las envió y me pidió que escribiera mis memorias para ellos. En aquel momento pensé que se había vuelto loca, pero como adoro a mi madre, lo hice tal y como me lo propuso. Cuando había terminado de ordenar todos esos pensamientos de la adolescencia, observaciones y opiniones, las semillas de una historia habían comenzado a formar parte en mi cabeza. La semilla se convirtió finalmente en una novela que se publicó en 1979. Se llamó The living Season, y se publicó bajo el nombre Rebecca Burton. Naturalmente, se desarrolló en Suiza y Francia. Unos años más tarde empecé a publicar con Harlequin. Supongo que la moraleja de esta historia es, ¡nunca infravalores la intuición de una madre!’