La exposición Simbolismos fálicos representa un tema (concretamente lo evidencia), de cómo en la sociedad actual, todavía existe y cómo está misma emana un sistema falocéntrico. Es decir, quien posee un pene, posee el poder.
Un ejemplo claro: en prácticamente cualquier empresa o sistema, el máximo responsable, en la mayoría de los casos es un hombre.
Esta falocracia está implícita en nuestra sociedad y por supuesto inflige poder. Incluso genera símbolos. Es por ello, que en la historia, las armas han sido asociadas generalmente a los hombres, convirtiéndose en símbolo e incluso un sustituto del pene. Pero, a parte de generar símbolos, también genera residuos. Este sistema, como cualquier otro, necesita publicitarse y reafirmarse en si mismo. Es por ello, que todas las piezas de la exposición son collages. Se trata de una recopilación, una exhibición y una reivindicación para crear otro sistema, esta vez igualitario.
Así, a partir de este contexto, hay piezas muy explícitas. En una concretamente, en el fondo, se practican felaciones, demostrando como se establece una relación de poder y sumisión. El poder lo tiene quien está de pie con una erección, mientras el sumiso está de rodillas a merced de éste.
Un ejemplo más de este sistema falocéntrico, incluso en las relaciones homosexuales, otorgando más prestigio al activo que al pasivo.