Autor: Bruce Stanley

Después de tres décadas de instituciones, cárceles, consejeros y programas de doce pasos, no podía dejar de recaer. Comencé a buscar a Dios, pero nunca pude entregarme completamente a Su control de mi vida. Continuando caminando a ambos lados de la cerca, el camino del mundo y el camino de Dios, me encontré boca abajo en una zanja en medio de la noche y bajo la lluvia torrencial, sin saber cómo llegué allí ni dónde estaba. Ese día, 12-12-12, fue el último día que volví a consumir drogas o alcohol. Creo que fue la mano de Dios que me rescató esa noche y Él me estaba mostrando qur vivir el camino del mundo y el camino de Dios sería peor que no creer en absoluto. Más tarde encontré un pasaje sobre esto en las Escrituras: “””Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! “Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca.” (Apocalipsis 3:15-16 RVR) Había llegado a un punto de rendición y le di todo lo que me quedaba a Jesús. Lo sentí decir: “Confía en mí” y ahí es donde empecé. Me di dos reglas: confiar en la Palabra de Dios y confiar en las personas que Él pondría en mi vida. Al principio de mi búsqueda del conocimiento de Dios, Su Espíritu me llevó a un pasaje que se convirtió en los principios sobre los que se basa este programa. Creo que así es como se espera que cualquier persona que ha creído en Cristo crezca y aguante. Muchos de nosotros que venimos a Cristo nunca superamos la introducción de nuestra salvación y, por lo tanto, no crecemos en nuestra fe ni ganamos la fuerza de Dios para continuar luchando contra el mundo y nuestros propios deseos. A través de estos siete principios descritos en 2 Pedro 1: 3-11, Dios ha revelado, y continúa a través de la Biblia, cómo este es un camino claro hacia la recuperación. Espero que entiendan la importancia de la gracia salvadora de Cristo para la curación. Oro para que desarrolles una relación sincera con Él para alejarte de la oscuridad de tu vida, hacia Su luz de salvación, liberarte de la adicción y los comportamientos y actitudes perjudiciales que se derivan de ella.