La figura de Séneca (c. 4 a. C. – 65 d.C.) tiene dos caras diferenciadas: la de su vida pública, por un lado, y la de su filosofía y su producción literaria, por otro. Fue un hombre prominente bajo los gobiernos de Calígula, Claudio y, sobre todo, Nerón, y sus decisiones políticas a veces se alejaban de lo que inculcaba en sus escritos filosóficos y morales, inscritos en el estoicismo tardío. La fortuna ha sido benébola con su obra, de la cual han pervivido numerosos textos, entre los que se cuentan sus once tratados morales, grupo al que pertenecen Sobre la vida feliz y Sobre la brevedad de la vida.
Sobre la vida feliz es un diálogo acerca de la felicidad a lo que todos aspiramos, pero a la que Séneca nos conduce a través de la virtud, no del placer. Solo esta es la causa de la felicidad, el bien único.
Sobre la brevedad de la vida, en cambio, es un texto a modo de lamento: no es que la vida sea corta sino que así nos lo parece cuando malgastamos el tiempo. El verdadero sabio disfruta del presente, recuerda el pasado y previene el futuro sin perderse en tediosos placeres ni temer a la muerte.
‘Séneca es una figura que necesita descrifrarse. Es clara, está perfectamente acabada y realizada, más tiene misterio. Tiene misterio, además, a causa de su seducción’. María Zambrano.
Sobre o autor
SÉNECA, filósofo, dramaturgo y hombre de ciencia, es autor de una producción intelectual vasta y variada que siempre ha ocupado un lugar privilegiado en las bibliotecas europeas. Nacido el año 4 a. C., fue un personaje complejo y polifacético, comprometido con la política de su tiempo; gozó del favor de Nerón, de quien había sido preceptor, pero su supuesta implicación en un complot para derrocar el emperador supuso su suicidio en el año 65 d. C. A pesar de la supremacía de la tradición griega durante los dos últimos siglos, el teatro de Séneca es, en buena medida, el espejo donde se mira la tragedia occidental desde Shakespeare.