¡Hay ciertas tramas hábilmente colocadas en nuestras vidas por la Divina Providencia, en una oportunidad inteligente para redimir deudas pasadas, que son dignas de una telenovela! Frutos de la Ley que nos impulsa al progreso espiritual, las razones de estas situaciones insólitas, ensombrecidas por la vestimenta carnal, son siempre cuestionadas por nosotros, resultando en una exigencia ineludible de la Justicia Divina.
Así se siente Dolores, protagonista de este nuevo trabajo de Rochester, ahora presentado al público. Nuestra bella heroína, la hija menor de la aristocrática familia de Mornos, es una altiva joven con un futuro prometedor, que, tras infructuosos intentos de liberar a su familia de la bancarrota económica, a través del matrimonio, se ve obligada a renunciar a su gran amor, Alfonso., a favor de una unión no deseada que solo interesaba a los miembros de su familia.
La historia transcurre en España y Cuba a finales del siglo XVIII en tiempos de explotación de la mano de obra esclava, donde prevalece el desprecio por la raza negra, tratado con azotes por los dueños de las plantaciones. Este racismo le costó caro a la familia de Mornos: las leyes de Acción y Reacción le dieron al mulato José, hijo ilegítimo y heredero de Don Fernando, tío de Dolores, la oportunidad de vengarse del pesado prejuicio al que había sido sometido.