En La mujer de Guatemala V.S. Pritchett parece registrar los hechos con la distancia necesaria. Es raro que los detalles queden tan claros en nuestra memoria, pero sin duda se trata de un recurso casi mágico que permite acercarse, rodear el objeto, redefinir su contorno y ubicación en el museo momentáneo del relato, donde no hay recuerdos inofensivos.
Como detecta Martin Amis: ‘Pritchett ha estado siempre en término de fructífera complicidad con el mundo doméstico e inanimado’. Tiene la misma certeza para presentar un personaje que un lugar, y ambos son, mientras el relato dura, los protagonistas ideales de la fábula, nuestros aliados, nuestros guías.
Una historia sobre la insistencia de una mujer de Guatemala desnuda tanto los grados de patronazgo y dominación inglesa como un tratado sociológico. Prichett se niega incluso a la arrogancia de admitirlo. Estos relatos nuevos, otras historias que revelan siempre una conducta de narrador único, ejemplar, insustituible, revelan también a los lectores de lengua castellana la existencia de ese ojo y esa percepción sin precedentes, exquisita e inagotable.
Sobre o autor
V. S. Pritchett nació el 16 de diciembre de 1900 en Suffolk, Inglaterra. Pasó parte de la juventud trabajando como comerciante. Luego vivió en Francia. Consagró los años de la guerra a hacer propaganda y guiones a favor de los aliados.
Escribió una vasta y variada obra narrativa, que incluye novelas y cuentos admirables. Recibió elogios de un repertorio de escritores y críticos que va de Frank Swinnerton y John Gross a Frank Kermode, Gore Vidal y Martin Amis.
Los nombres describen el arco temporal que informa acerca de la extensa carrera de Pritchett. Su primer libro, en la mejor tradición de Hazlitt, Stevenson y Belloc, fue Marching Spain, una crónica precisa del viaje a España que hizo en 1928. Los libros que Pritchett escribió sobre Balzac y Chéjov permiten evaluar el alcance de su visión y sus simpatías, nunca limitadas al ámbito de la literatura inglesa.
Fue el consultor preferido de Alfred Hitchcock acerca de dilemas planteados por libros y guionistas. Murió el 20 de marzo de 1997.
Amor ciego, nuestra primera colección de relatos de Pritchett, fue saludada por la crítica y los lectores.