La vuelta al mundo en la ‘Numancia’ es la octava novela de la cuarta serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.
La poética frase final del libro nos resume lo hermoso de este episodio galdosiano: ‘Lo que yo he visto y aprendido es que cuando a uno se le pierde el alma, tiene que dar la vuelta al mundo para encontrarla’.
En La vuelta al mundo en la ‘Numancia’ el autor retoma al personaje de Diego Ansúrez, veterano marino cuya adorada hija Mara se fuga con el galán y poeta peruano Belisario. En su búsqueda, Ansúrez se reengancha a la Armada como tripulante de la ‘Numancia’, fragata blindada con rumbo al Perú para reforzar la escuadra española en el Pacífico. Aquí Galdós, en boca del personaje, enfoca el relato histórico: la imprudencia de los diplomáticos hispanos, la inestabilidad política peruana, la alianza entre Chile y Perú y, como acto final, el sangriento combate contra las baterías del Callao. Resta, como largo epílogo, la mortífera travesía del océano hasta la feliz escala en Tahití y el triunfal regreso a la Península.
Pérez Galdós censura severamente la irresponsable política imperialista de la España de su tiempo y apela tanto a un ideal de fraternidad universal como a las señas de identidad que transforman el conflicto entre España y Perú en guerra fratricida. El autor también incluye estampas de la Lima poscolonial que no desmerecen de los costumbristas de su tiempo.
La historia finaliza con la llegada a puerto del personaje, en Cádiz, donde por fin encontrará a su hija, a su yerno y a su nieto.
Despre autor
Benito Pérez Gáldos (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920). España.
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, el 10 de mayo de 1843, Bénito Pérez Gáldos era el menor de los diez hijos de Sebastián Pérez Macías, teniente coronel del Ejército, y María Dolores Galdós Medina, hija de un antiguo secretario de la Inquisición. Como estudiante de bachiller, en el colegio de San Agustín, Galdós evidenció afición por la música y la pintura. En 1861 escribió sus primeros textos, y un año después inició colaboraciones literarias con el bisemanario El Ómnibus, de Canarias. Al año siguiente se trasladó a la capital española para estudiar derecho en la Universidad de Madrid. Allí realizó colaboraciones con el semanario La Nación y la Revista del Movimiento Intelectual de Europa, y conoció a Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, el cual le alentó en sus propósitos literarios.
Tras sus viajes a París, en 1867 y 1868 (como corresponsal de la Exposición Universal), Galdós profundizó en la obra de Balzac, tradujo a Dickens (Papeles póstumos del club Pickwick); en Madrid, pudo presenciar la abdicación de Isabel II (1868) y el ascenso del progresista general Prim. En 1870, tras conocer a Clarín, Galdós escribió sus primeras novelas de influencia romántica y siguió publicando artículos en La Revista de España, en la cual fueron apareciendo después, por entregas, su segunda y tercera novelas. Posteriormente, también publicaría sus relatos en La Ilustración de Madrid.
Siendo ya director de La Revista de España, desde 1872, Galdós pasará los veranos en Santander, donde, ese mismo año, conocerá a Mesonero Romanos, de cuyo contacto obtendrá mucha información para sus Episodios nacionales. La escena política española era convulsa: asesinado Prim, Amadeo de Saboya subió al poder durante tres años escasos, siendo obligado a abdicar ante la venida de la I República. La situación era propicia para que Galdós se entregara a la escritura de Los Episodios nacionales, que ocupó casi todo su tiempo entre 1873 y 1876, año en que comenzó a escribir sus primeras novelas de trasfondo social. Tras el golpe de Estado de 1875, el resto de su vida transcurrirá ya bajo la reinstaurada monarquía borbónica de Alfonso XII y, tras su muerte (1885), con la regencia de María Cristina de Habsburgo. Después de 1876, Galdós iría escribiendo su ingente producción simultaneando los Episodios, las novelas, los relatos, el teatro y las crónicas.
Galdós trabó estrecha amistad con Emilia Pardo Bazán en 1883, el mismo año en que vio rechazada su candidatura a la Academia Española, tras lo cual inició un viaje, con su amigo José Alcalá Galiano, por Inglaterra y otros países de Europa, al que seguirán otros más por España, Portugal y, de nuevo, Europa, hasta 1887.