Es imposible que escapemos por nosotros mismos del abismo de pecado en que estamos sumidos… Jesús vivió, sufrió y murió para redimirnos. El corazón de Dios suspira por sus hijos terrenales con un amor más fuerte que la muerte. Aprovechemos los medios con que se nos ha provisto para ser transformados conforme a su semejanza y restituidos al compañerismo con los ángeles ministradores, a la armonía y comunión con el Padre y el Hijo.
Despre autor
Elena G. de White (1827-1915) es considerada la autora norteamericana más traducida. Sus obras han sido publicadas en 140 idiomas. Aunque su educación formal concluyó a los 9 años, escribió más de 100.000 páginas sobre una gran variedad de temas. Guiada por el Espíritu Santo, siempre exaltó a Jesús y señaló las Escrituras como el fundamento de su fe.