El estilo poético y la grandeza de La hija del rey del País de los Elfos la ha convertido en una de las novelas fantásticas más entrañables de todos los tiempos. La desgarradora historia de la unión entre un mortal y una princesa élfica es un tapiz magistral que sentó las bases del cuento fantástico desde su primera aparición en 1924.
‘Ninguna descripción puede transmitir más que una ínfima parte del encanto de Lord Dunsany… es un talismán y una llave que abre a los verdaderamente imaginativos magníficas reservas de ensueños y recuerdos fragmentarios; hasta el punto de que podemos considerarlo no solamente un poeta, sino alguien que hace también un poeta de cada lector.’ H.P. Lovecraft
‘ La hija del rey del País de los Elfos está en la cima de los logros novelísticos de Dunsany; con su hermoso e incomparable estilo, potencia emotiva e interacción compleja entre la naturaleza, el arte y la religión, se posiciona como la legítima obra maestra de la literatura fantástica que es.’ S.T. Joshi
‘Lord Dunsany fue el hacedor de un arrebatado universo, de un reino personal que fue para él la sustancia íntima de su vida.’ Jorge Luis Borges
Cuprins
Prólogo, por Neil Gaiman
Prefacio
I. El plan del parlamento de Erl
II. Álveric vislumbra las montañas de los elfos
III. El encuentro de la espada mágica con las espadas del País de los Elfos
IV. Álveric vuelve a la Tierra tras muchos años
V. La sabiduría del parlamento de Erl
VI. La runa del rey del País de los Elfos
VII. La aparición del duende
VIII. La llegada de la runa
IX. El vuelo de Lirazel
X. El repliegue del País de los Elfos
XI. Las profundidades del bosque
XII. La planicie desencantada
XIII. La reticencia del talabartero
XIV. La búsqueda de las montañas élficas
XV. La retirada del rey del País de los Elfos
XVI. Orión caza al cervatillo
XVII. El unicornio bajo la luz de las estrellas
XVIII. La carpa gris en la noche
XIX. Doce ancianos sin magia
XX. Un hecho histórico
XXI. A la orilla de la Tierra
XXII. Orión elige un montero
XXIII. Lurulú observa la inquietud terrenal
XXIV. Lurulú habla de la Tierra y de las costumbres de los hombres
XXV. Lirazel recuerda los campos que conocemos
XXVI. El cuerno de Álveric
XXVII. El regreso de Lurulú
XXVIII. Un capítulo sobre la cacería de unicornios
XXIX. El embrujo de la gente de los pantanos
XXX. Demasiada magia
XXXI. La maldición de todo lo élfico
XXXII. Lirazel añora la Tierra
XXXIII. La línea brillante
XXXIV. La última gran runa
Epílogo, por S.T. Joshi
Despre autor
Lord Dunsany , vástago de una familia angloirlandesa cuyas raíces pueden trazarse hasta el siglo XII, nació en Londres en 1878. En 1905 publicó Los dioses de Pegaña , tras cuya buena recepción publicó varias antologías de relatos, entre las cuales se encuentran Cuentos de un soñador (1910) y El libro de las maravillas (1912). También destacó como dramaturgo y sus primeras puestas en escena tuvieron éxito en Irlanda, Inglaterra y Estados Unidos. Resultó gravemente herido durante las revueltas de Dublín en 1916 y también estuvo en el frente durante la Primera Guerra Mundial. En 1920 comenzó a escribir novelas, entre las que se cuentan La hija del rey del País de los Elfos (1924) y La bendición de Pan (1927). Murió en el castillo Dunsany en Irlanda, en 1957. Es uno de los principales impulsores de la literatura fantástica y su influencia fue decisiva en escritores de la talla de J. R. R. Tolkien, H. P. Lovecraft, Arthur C. Clarke, Jorge Luis Borges y Ursula K. Le Guin.