Zumalacárregui es la primera novela de la tercera serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.
Después de casi veinte años desde el final de la segunda serie, Pérez Galdós vuelve al ataque con sus Episodios Nacionales. La tercera serie empieza con esta novela centrada en la primera guerra Carlista, más exactamente en la campaña vasco-navarra comandada por el general Zumalacárregui, del bando carlista, y termina con su muerte en el sitio de Bilbao.
El relato nos muestra las aventuras, cavilaciones y desasosiegos de un cura aragonés que acompaña al general, José Fago, un personaje extremado como tantos de los que ha ido retratando el autor a lo largo de estos Episodios Nacionales. Galdós, con su clásico estilo, nos introduce en la historia sabiendo ver las cosas malas y buenas de unos y otros. Dudas y oscilaciones repentinas entre la necesidad y justicia de la causa carlista y, por tanto, de la guerra y la injusticia radical que la guerra representa, y también la imposibilidad de que Dios apoye tanta muerte y tanta alimaña. Los personajes y el propio Fago hablan, discuten y charlan sobre sus motivos y consecuencias, y también sobre si la religión tiene algo que decir al respecto. Trata también el ardor guerrero y las crueles lógicas militares…
José Fago, personaje contradictorio, casi bipolar, acabará muriendo al mismo tiempo que su amigo, el general Zumalacárregui, en el cerco de Bilbao.
Om författaren
Benito Pérez Gáldos (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920). España.
Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, el 10 de mayo de 1843, Bénito Pérez Gáldos era el menor de los diez hijos de Sebastián Pérez Macías, teniente coronel del Ejército, y María Dolores Galdós Medina, hija de un antiguo secretario de la Inquisición. Como estudiante de bachiller, en el colegio de San Agustín, Galdós evidenció afición por la música y la pintura. En 1861 escribió sus primeros textos, y un año después inició colaboraciones literarias con el bisemanario El Ómnibus, de Canarias. Al año siguiente se trasladó a la capital española para estudiar derecho en la Universidad de Madrid. Allí realizó colaboraciones con el semanario La Nación y la Revista del Movimiento Intelectual de Europa, y conoció a Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, el cual le alentó en sus propósitos literarios.
Tras sus viajes a París, en 1867 y 1868 (como corresponsal de la Exposición Universal), Galdós profundizó en la obra de Balzac, tradujo a Dickens (Papeles póstumos del club Pickwick); en Madrid, pudo presenciar la abdicación de Isabel II (1868) y el ascenso del progresista general Prim. En 1870, tras conocer a Clarín, Galdós escribió sus primeras novelas de influencia romántica y siguió publicando artículos en La Revista de España, en la cual fueron apareciendo después, por entregas, su segunda y tercera novelas. Posteriormente, también publicaría sus relatos en La Ilustración de Madrid.
Siendo ya director de La Revista de España, desde 1872, Galdós pasará los veranos en Santander, donde, ese mismo año, conocerá a Mesonero Romanos, de cuyo contacto obtendrá mucha información para sus Episodios nacionales. La escena política española era convulsa: asesinado Prim, Amadeo de Saboya subió al poder durante tres años escasos, siendo obligado a abdicar ante la venida de la I República. La situación era propicia para que Galdós se entregara a la escritura de Los Episodios nacionales, que ocupó casi todo su tiempo entre 1873 y 1876, año en que comenzó a escribir sus primeras novelas de trasfondo social. Tras el golpe de Estado de 1875, el resto de su vida transcurrirá ya bajo la reinstaurada monarquía borbónica de Alfonso XII y, tras su muerte (1885), con la regencia de María Cristina de Habsburgo. Después de 1876, Galdós iría escribiendo su ingente producción simultaneando los Episodios, las novelas, los relatos, el teatro y las crónicas.
Galdós trabó estrecha amistad con Emilia Pardo Bazán en 1883, el mismo año en que vio rechazada su candidatura a la Academia Española, tras lo cual inició un viaje, con su amigo José Alcalá Galiano, por Inglaterra y otros países de Europa, al que seguirán otros más por España, Portugal y, de nuevo, Europa, hasta 1887.