Los tres misterios parisinos de Edgar Allan Poe han pasado a la posteridad como el inicio de un nuevo género literario, el policíaco; y su protagonista, el diletante Chevalier Auguste Dupin, como la encarnación de un nuevo héroe, rara combinación de científico sagaz y dandi excéntrico: el primer detective.
Si en ’Los asesinatos de la rue Morgue’ (1841) hacen su aparición este genial arquetipo moderno y su ayudante (el anónimo narrador), será en ’El misterio de Marie Rogêt’ (1842), con su innovadora investigación forense, y en ’La carta robada’ (1844), de trama depurada y excepcional pintura de personajes, donde Allan Poe lleve al extremo la aplicación de ’la ciencia más rigurosa y exacta a las sombras y vaguedades de la especulación más intangible’.
En las tres historias de Dupin asoman los ingredientes inseparables del género: el rigor paradójico del detective, la empatía con la mente criminal, la intriga que resuelve fuera de plano cada detalle innecesario… hasta la presencia de unos policías algo torpes, representantes del orden burgués. Porque estos cuentos también son una radiografía de la ciudad moderna, sus atmósferas misteriosas y su claroscuro social, su ocio reglado y sus enfermedades anímicas. Y de una nueva sugestión democrática: la opinión pública.
Dupin, el primer detective, es el modelo reconocido (y reconocible) de Sherlock Holmes y Hercule Poirot. También de algunos célebres personajes de Dostoievski o Faulkner. Y, en definitiva, de cada pareja de detectives de ficción de la actualidad. No obstante, leídas hoy, el valor de estas tres piezas maestras no reside en lo que anuncian, sino en la radical modernidad y plenitud de su propuesta.
Om författaren
Edgar Allan Poe (Boston, 1809-Baltimore, 1849) vivió una vida marcada por la necesidad y la desgracia: huérfano desde muy pequeño, escritor profesional con constantes altibajos económicos, viudo tras el fallecimiento de su joven esposa, su prima Virginia Clemm. Pero su obra sentó las bases de la literatura del futuro.
Si el genio es la capacidad de ’crear un tópico nuevo’, como afirmaba Baudelaire (que lo tradujo y vivió poseído por este ’escritor de los nervios’), de Poe surgen las reglas más fecundas de la literatura moderna. Por ejemplo, las del flaneurismo y el individuo perdido entre las masas de las ciudades. O las del cuento de terror psicológico, del que fue maestro en piezas célebres como ’La caída de la Casa Usher’ o ’El corazón delator’. O los elementos que definen el género policíaco, con las historias protagonizadas por Auguste Dupin, el primer detective. Poe fijó incluso las claves de una poesía moderna, urbana y ’desromantizada’ que da pie a las vanguardias del siglo xx y llevó a Stéphane Mallarmé a definirlo como ’el dios intelectual de su siglo’.
Su muerte, con apenas cuarenta años de edad (¿alcoholismo?, ¿sobredosis?, ¿suicidio?), sigue siendo un misterio.