El prefijo neuro está de moda y se aplica a toda clase de especialidades. Esto explica los excesos del neurocentrismo, de las neuroculturas y de las neurotecnociencias y los peligros asociados de tratar de reducir a procesos neuronales la riqueza de nuestros pensamientos, sentimientos, recuerdos y conductas. El poder seductor de este tipo de investigaciones reduccionistas coincide con una consolidación del neoliberalismo y es compatible con sus necesidades e intereses. Se prescinde de lo social, de la ciudadanía y de la polis y se explican las conductas y motivaciones de las personas como procesos neuronales; se redefine la pobreza cuya solución se le ofrece a la neurociencia y no se considera la desigualdad social que la origina. La neurociencia aparece así como una especialidad muy útil para la teoría del Capital Humano y para las políticas educativas que trabajan con esta filosofía de fondo. Uno de los objetivos prioritarios se centra en llevar a cabo intervenciones tempranas para aumentar el capital mental, mejorar el rendimiento académico y modificar conductas infantiles inadecuadas para que así, el día de mañana, todos podamos contribuir al crecimiento económico. La comprensión del cerebro y de sus aprendizajes nos dirá cómo maximizar el potencial de la infancia, reemplazando la complejidad sociológica por la certeza biológica; ahí está, por ejemplo, el crecimiento de los aparatos y juegos de entrenamiento cerebral. La visión conjunta de Hilary y Steven ROSE que auna sociología y neurociencia, es escéptica con las afirmaciones de que la neurociencia puede informar a la educación y las políticas de intervención temprana, y les preocupa el mal uso que la política neoliberal está haciendo de sus líneas de investigación.
เกี่ยวกับผู้แต่ง
Hilary Rose, profesora emérita de la Universidad de Bradford, es socióloga de Política social y de Ciencia, dos disciplinas que en las últimas cuatro décadas se han ido uniendo cada vez más. La nueva tecnología aplicada a la reproducción ha transformado nuestra comprensión cultural de la familia y de las relaciones de parentesco. ¿Los niños ya no nacen pero se hacen? Como ninguno de nosotros ve la ciencia como neutral, sino como moldeada por lo social y que, a su vez, moldea lo social, a pesar de nuestras diferencias disciplinarias, Steven y yo escribimos largo tiempo desde 1969 con Science and Society, y hemos coeditado y co-escrito varios libros. En 2012 publicamos Genes Cells and Brains, explorando la forma en que estas ciencias de la vida son parte integral del capitalismo neoliberal. Nuestro nuevo libro Can Neuroscience Change our Minds examina las afirmaciones de la neurociencia de reducir la mente al cerebro al abrazare la teoría del Capital Humano; en consecuencia, la educación como emancipadora se ha puesto en un segundo plano.