Tras la muerte violenta de su padre, Margo Crane, de dieciséis años, con una escopeta Marlin, unos cuantos víveres y una vieja biografía de Annie Oakley, remonta el río Stark en busca de su madre. Pero el río ya no es el animado paraíso fluvial de su infancia. Ahora es un lugar peligroso. Un lugar habitado por matones, barqueros ebrios, traficantes de metanfetamina y tramperos tristes y solitarios. Chacales y basura a la deriva. Y todos fantasean con domarla. Pero ella no quiere ser la razón para vivir de nadie. No es la niña loba, ni la asesina, ni la esposa ideal con la que todos sueñan. Solo es una chica que necesita unas cerillas, un perro y un poco de gasolina para su motor fueraborda.
«La ficción estadounidense ha esperado mucho tiempo la llegada de Bonnie Jo Campbell. Muchas de nosotras, y no solo mujeres, estábamos buscando una protagonista de este calibre, valiente como un carcayú, nada llorica, tan capaz como Sacagawea, con una sexualidad fuerte y sin remordimientos. Queríamos sentir sus raíces en una historia antigua, queríamos a Diana, la cazadora, pero no su virginidad; queríamos una chica humana real de la que pudiéramos creer que fue criada por osos, o lobos. Y para proporcionarnos esta clase de heroínas, los dioses nos han concedido por fin a Bonnie Jo Campbell, una de nuestras escritoras más importantes y necesarias, y a Margo Crane, el personaje central de Érase un río, una proscrita, una belleza montaraz capaz de disparar como Annie Oakley, su creación más conmovedora y mítica hasta el momento.»
Jaimy Gordon, ganadora del National Book Award
«Quién podía imaginarse que Huckleberry Finn iba a necesitar una secuela, o que el propio Huck iba a necesitar una hermana. Pues aquí está, Margo Crane. Una vez que hayas conocido a esta singular hija del río, jamás la olvidarás.»
Pinckney Benedict
«Érase un río nos hace comprender, con una puñalada de pesar, lo estrechas y homogéneas que son nuestras vidas y nuestras expectativas de los demás. Espero que Margo siga ahí fuera, en alguna parte, despellejando un bagre y cocinándolo en una rama de nogal.»
The Washington Post
«Con todos los condimentos de una canción de Johnny Cash: amor, pérdida y redención.»
Elle
«Una excelente parábola norteamericana sobre las consecuencias de nuestro ideal favorito, la libertad.»
Jane Smiley
«Los ríos estadounidenses son propiedad indiscutible de Mark Twain y los escritores que se aventuren a surcarlos tendrán siempre la obligación de reconocer su señorío. La dura y confiada obra de Bonnie Jo Campbell rinde su merecido tributo al bardo del Mississippi, pero contando su propia historia cautivadora.»
Wall Street Journal
Yazar hakkında
Bonnie Jo Campbell (1962) creció en una pequeña granja de Michigan con su madre y sus cuatro hermanos y puede que sea una de las únicas beneficiarias de una beca Guggenheim que sabe cómo se castra un cerdo. Cuando se marchó a Chicago a estudiar filosofía, su madre alquiló su habitación. Después se recorrió EE.UU. y Canadá haciendo autoestop.
Un día vio en una farola de Phoenix un cartel del célebre circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey y se unió a la caravana vendiendo granizados. Los demás vendedores eran tipos rudos, desdentados, tatuados y llenos de cicatrices. La gente prefería el puesto de Bonnie Jo porque parecía la vecina inocente de la puerta de al lado. Se sacó mucha pasta. Más tarde ascendió los Alpes en bicicleta y organizó viajes de aventura por Rusia, los países bálticos y Europa del Este.
En 1992, tras obtener un máster en matemáticas, comenzó a escribir sobre la vida en las pequeñas localidades rurales de Michigan. Es autora de dos novelas y tres colecciones de relatos y ha sido nominada al National Book Award en dos ocasiones. Actualmente reside con su marido y otros animales en las afueras de Kalamazoo. Estudia Kobudō, «el camino antiguo del guerrero», el arte marcial ancestral de Okinawa, y le gusta pasar el rato con sus dos burros: Jack y Don Quijote. En su refugio subterráneo ideal para el fin del mundo habrá arroz, frijoles, frutos secos, hortalizas deshidratadas, agua, una buena reserva de guantes y calcetines (porque es de pies fríos), material para escribir y todo Dickens. Su bar favorito es el Tap Room, donde suele haber peleas. Le gusta estar donde está la vida. La gente de ese bar son los personajes que pueblan sus relatos, su tribu. Aunque conviene señalar que ya no bebe ni se pelea tanto como antes, porque necesita estar despejada por las mañanas para poder escribir.